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Dibújame un borrego… anatomía animal en el Vaticano

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No ha sido el principito de Sainte-Exupéry quien me ha pedido que dibuje un borrego, lo he elegido yo, como ya he comentado en una entrada precedente, entre las tareas de Anatomía III en la Accademia di Belle Arti. Tenemos dos condiciones: que se trate de uno de los animales de Animal Farm de Orwell, es decir un animal de granja o ganadería (¿os acordáis de las ‘granjas orwellianas’ de  Stalin?), y que los dibujemos directamente a partir de las estatuas de dos especímenes de la sala de los animales del Museo Pío Clementino en los Museos Vaticanos (procurando no perecer de frío en el empeño).

Sala de los animales, Museo Pío Clementino. El león no es de granja.

Maternidad lactante

La sala cuenta con una extraordinaria colección que se formó en su mayoría durante el pontificado de Pío VI. Es un zoológico pétreo que sigue las tendencias de la historia natural, tan frecuentada por ilustres botanistas y zoólogos entre los siglos XVII y XVIII.

Sin remilgos

Ejemplar de marisquería

La que me ha caído encima…

Los papas ya nutrían hace siglos sus colecciones con la estatuaria que emergía de intensas excavaciones en sus territorios,  construían o decoraban sus palacios con los despojos de la arquitectura de Roma y procedían a aumentar las de estatuaria animal, no sólo con las esculturas de época romana sino también con las que encargaban a sus escultores favoritos, muy a menudo a partir de los magníficos grabados de los tratados de historia natural de la época, basada en recopilaciones sistemáticas de las fuentes antiguas y en trabajos de nuevo cuño, a menudo a caballo entre la realidad y la mitología.

Mitra, patrono pagano de los toreros, degollando el toro a pelo

¿Pero cómo iba yo a imaginar que al elegir un apacible borrego en mármol me decidía por un ejemplar entre mítico y exótico que quizá nunca pastase en campo alguno?

Digamos que el anónimo escultor del XVIII que lo hizo no se manchó los escarpines con el estiércol de ninguna granja para su boceto.

Vervex Aethiopicus

Muchas esculturas, siguiendo el uso romano, llevan como sustento un pilastrino o un fingido tronco de árbol.

Así que, cuando ya había trabajado un buen rato con el dibujo de mi borrego, descubrí una inscripción en el pequeño pilar en que se apoya su barriga:  Vervex aethiopicus  -  Jonstonus – tab LVIII (es decir Borrego o carnero de Etiopía, tabla LVIII del tratado de Jonstonus)

En la Biblioteca Vaticana

No me podía imaginar que, como un ratón de biblioteca, acabaría siguiendo la pista de  las imágenes de este cuadrúpedo en la Biblioteca Vaticana, aunque ahí la calefacción es estupenda y se encuentra el confort de sus renovadas salas de lectura, exactamente lo contrario del frío que impera en la sala de los animales que pone a prueba al sufrido dibujante. De modo que con esa obsesión que caracteriza a los maniáticos de las fuentes y con la ayuda inestimable de mi catedrático de Anatomía Artística, Marco Bussagli, he obtenido mi carnet temporal de la Bibliotheca Apostolica Vaticana o BAV,  que me permite entrar diez veces en territorio vaticano  por la puerta de Santa Ana, para tener el placer de investigar sobre mi dichoso Vervex y además inspeccionar los kilométricos anaqueles de las salas de lectura que preside Santo Tomás de Aquino. Es de justicia decir que ahí trabaja una restauradora que por su cortesía merece también subir a los altares. Se llama Victoria, es de Palma de Mallorca y es una competente documentalista de la BAV.

Sixto IV nombra a Bartolomeo Platina prefecto de la Biblioteca Vaticana, fresco de Melozzo da Forlì, c. 1477 (Museos Vaticanos).

Si me apuráis un poco, os diría que la experiencia de la renovada BAV me ha reconvertido de forma parcial al creacionismo que nos enseñaron en el colegio, no me cabe la menor duda de que Dios creó las bibliotecas y me voy a hacer devoto de Santa Wiborada, patrona de los bibliotecarios y mártir de los manuscritos, aunque me parece que para ponerle una vela hay que irse a Suiza al monasterio de San Galo ( lo sé por un ameno artículo de Jaime González Martínez en la revista Biblioteca Universitaria de la UNAM de ciudad de México, “Santa Wiborada, mística y mártir, patrona de los bibliotecarios”, vol 8, julio-diciembre 2005).

La larga historia de un grabado

Cuando buscas en la BAV un tratado del siglo XVII, en este caso el De quadrupedibus del naturalista polaco Jonstonus a quien se refiere el pilastrino delVervex, ahí no se limitan a un ejemplar, nada de eso,  sino que te ofrecen tres ediciones diferentes, Y dos de ellas incluyen en el mismo tomo los tratados De serpentibus, De insectis, De piscibus, etc. Y puedes comprobar cómo, en la última, el editor de Amsterdam ha cambiado de lateralidad los grabados de las dos anteriores (de Frankfurt), invirtiendo las mismas planchas. Mi borrego miraba para la izquierda en las primeras y ahora mira hacia la derecha. Y, sobre todo, admiras el arte fascinante y el oficio de los dibujantes y grabadores de aquella época (como Merian en Alemania).

Mi copia del grabado del Jonstonus

El único problema es que Dios es miembro de la rama vaticana de la SGAE y, aunque he encargado una foto del grabado, creo que me arriesgo a una reclamación si la difundo, así que aquí tenéis un dibujo mío delVervex , tal como aparece en la edición de Amsterdam de 1657, mirando hacia la derecha como en el museo.

Según Jonstonus (cuyas fuentes incluyen a Heródoto, Jenofonte, Plinio, Estrabón, Cicerón, Plutarco, Teofrasto, Galeno, Columela… y Aldrovandi) este borrego de las mesetas de Etiopía vivía de doce a trece años, no tenía  lana –aunque el grabado es ambiguo al respecto- sino una hirsuta pelambre como los camellos y, además, los pastores etíopes les cubrían las partes pudendas.

En el ejemplar del siglo XVIII , de la colección de Pío VI, elescultorsí que se tomó al pie de la letra lo de la falta de lana y el borrego luce más bien trasquilado.

El afable Vervex del museo Pío Clementino

Continuará…

Pero mi labor detectivesca no ha acabado. Por lo que nos dicen otras fuentes, Jonstonus debió de sacar gran parte de sus planchas, si no la mayoría, de un tratadista varias décadas anterior a él, Ulises Aldrovandi, y naturalmente, la Biblioteca Vaticana dispone de cuatro ejemplares delDe quadrupedibus solidipedibus, edición de 1616, y un ejemplar de la de 1649.  Por no decir nada de sus otros tratados sobre insectos, serpientes, moluscos, etc., todos ellos anteriores a los de su fiel seguidor,  el Jonstonus.  Entonces no se controlaban los ‘préstamos’, mucho menos los de las tesis doctorales de los nobles y ministros alemanes (a lo mejor si eres descendiente del inventor de la imprenta tienes derecho a apropiarte de todo texto estampado) .

Si queréis hacer una búsqueda en los tesoros bibliográfico de la BAV a través de sus catálogos online este es el enlace:

http://www.vaticanlibrary.va/

Y para despedir esta entrada, unas imágenes nocturna de los carnavales romanos en la Piazza del Popolo, que no todo ha de ser erudición y libros.

Por aquí entró en Roma Cristina de Suecia, luces de carnaval

La misma puerta con otros colorines



De águilas y humanos

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El águila del fascismo sobre el Ponte Flaminio en Roma

En estos tiempos en que discutimos si son galgos o son podencos (ya me entendéis) la imagen de las águilas mussolinianas sobre el Ponte Flaminio me han recordado unos textos alegóricos de Erasmo que traduje y edité hace algunos años. Por favor, que no se enojen los protectores del águila real, pues se trata de una alegoría erasmiana contra la crueldad del poder despótico, en gran parte inspirada en descripciones de Plinio (Historia natural) y en Aristóteles (Historia de los animales). El aspecto en el que incide el comentario de Erasmo al antiguo adagio Scarabeus aquilam quaerit (El escarabajo acecha al águila) es la extraña preferencia del poder por el símbolo del águila, en lo que coinciden tanto las dictaduras como las democracias, los rebeldes como los represores.

¿En la batalla esópica entre los tenaces y jóvenes escarabajos y las vetustas rapaces llegarán los primeros a liberar sus atormentadas sociedades o volverán las oscuras águilas a adueñarse de cuerpos y almas?

El águila de los viejos amigos, el de oscuro es falangista (Serrano Suñer) y el de las gafitas os dejo adivinarlo…

Ahora os dejo con Erasmo:

…aunque se mencionen seis clases de águilas, todas tienen en común que tanto su pico como sus garras son violentamente curvos; de modo que por la misma disposición de su cuerpo se pueda comprender que se trata de un ave carnívora, enemiga de la tranquilidad y de la paz, nacida para la lucha, la rapiña y la depredación. Y como si no bastase con ser carnívoras, las hay que se llaman –y lo son– quebrantahuesos.


…pongamos que un fisionomista no del todo inepto observe con detenimiento el rostro y el pico del águila: ojos ávidos y perversos, rictus amenazador, cuencas oculares truculentas, frente torva y, finalmente, el perfil ganchudo que Ciro, rey de los Persas encontraba tan atractivo en un príncipe ¿no reconocerá inmediatamente la imagen magnífica de la realeza, desbordante de majestad? A ello se añade un color de por sí funesto, tétrico y de mal augurio, de sombría y sucia negrura. Por eso a lo que es sombrío y tirando a negro lo llamamos aquilus. Viene a continuación esa voz desagradable, terrible, descorazonadora y aquel grito, entre amenazador y lastimero, que estremece a todos los seres vivientes. Se trata de una señal que reconocerá enseguida, aunque se emita entre bromas, todo el que haya experimentado, o simplemente observado, lo temibles que son las amenazas principescas y cómo tiemblan todos siempre que la voz del águila resuena…

Para marchar al son del tambor


o defender ‘lo nuestro’

… Así sucede cuando al grito estridente del águila el pueblo entero es presa de repentino pavor, el senado se achanta, la nobleza inclina la cerviz, los magistrados se tornan complacientes, los teólogos callan, los jurisconsultos proclaman su acuerdo, las leyes retroceden, las instituciones se rinden: nada hay que valga, ni la ley divina ni la religión, ni la justicia ni la humanidad. A pesar de que haya tantos pájaros no exentos de elocuencia, de que sean tantas las aves canoras y las especies dotadas de gritos y de cantos variados, con melodías que incluso pueden conmover las piedras, es no obstante el solitario estridor del águila, áspero y apenas musical, el que se sobrepone a todos.

Esta es albanesa…

…esta de los amigos del rifle…

… esta es montenegrina…

…y una más con dos cabezas (¡si resucitase Sissi emperatriz!)

¿Os suena?

En realidad, entre las especies innumerables de los pájaros, los hay que merecen admiración por la riqueza y por los colores de su plumaje, como los pavos reales; unos destacan por su blancura de nieve, como los cisnes, mientras otros brillan con sobria negrura, como los cuervos; a unos les otorga preeminencia el tamaño de su cuerpo, como a las avestruces, otros son célebres por su carácter legendario y portentoso, como el fénix; unos son emblemáticos por su fecundidad, como la paloma; otros son apreciados en la mesa, como las perdices y los faisanes; unos son simpáticos charlatanes, como los loros, otros son cantores admirables, como los ruiseñores; unos destacan por su espíritu combativo, como los gallos de corral; otros han nacido para el deleite de los humanos, como los gorriones. Sin embargo, de todo este conjunto sólo el águila fue considerada por varones de gran sabiduría como idónea para representar la imagen del rey a pesar de que no es hermosa, ni canora, ni suculenta, sino carnívora, rapaz, depredadora, devastadora, belicosa, solitaria, aborrecida por todos, y una peste universal cuya capacidad de hacer daño es inmensa aunque su voluntad de hacerlo supere a sus capacidades.

Erasmo de Rotterdam, Adagios del poder y de la guerra y Teoría del adagio, Ed. Ramón Puig de la Bellacasa, Madrid, Alianza Editorial, Libro de bolsillo H 4485, 2008

Pues, la verdad, si a todos les une el águila ¿por qué se pelean entre si?

Quizá les falte ponerse de acuerdo sobre la raza de su perro…


Anatomía artística: últimos ejercicios académicos en Roma (I)

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Anatomía animal

¿Qué mejor forma de encabezar el blog que con la leona dibujada por Rubens (British Museum)? Probablemente se basó en una escultura de bronce que le sirvió de modelo en Padua,  o de su propio cuadro Daniel en el foso de los leones. Esto opina Julius B.Held en su libro Selected Drawings (de Rubens), publicado por Phaidon Press en 1959.

¡Quién pudiera llegar a la maestría del gran artista flamenco en sus dibujos de animales! Pero, por el momento, la experiencia de las clases de anatomía animal y de dibujo en el museo Pío Clementino del Vaticano ha sido un verdadero privilegio.

En las entradas a este blog del 1 de enero y del 7 de marzo ya contaba y mostraba algo al respecto. Hoy comparto algunos dibujos de mi fin del curso de los profesores Marco Bussagli y   Cinzia Nardini en la Accademia di Belle Arti de Roma.

La ternera en mármol gris-morado, de época romana, copia parece de la famosa vaca en bronce de Mirón, que se exhibe en el Pío Clementino me sirvió de modelo. Este es uno de los resultados.

De nuevo, me quedo bastante lejos de la destreza de Rubens en su dibujo de un toro, que pertenece a la colección de la Albertina de Viena.

En otros ejercicios académicos de anatomía animal se trataba de dibujar el esqueleto y el sistema muscular de al menos cuatro animales.  Por ejemplo el sistema óseo de un cerdo…

y sus músculos.

El perro

El caballo…

y su estatua en el Pío Clementino, desarrollo escultórico del siglo XVIII (¿Francesco Antonio Franzoni ?) a partir de un torso equino de época romana

Finalmente, la musculatura que hace tan ágil al gato



Anatomía animal y restauración escultórica: noticias del borrego que perdió la cabeza.

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Dedico esta entrada a los profesores Marco Bussagli, Carlo Gasparri y Cinzia Nardini, así como a la Sra. Maria Serlupi de los Museos Vaticanos, sin los cuales esta investigación no hubiera sido posible.

El 7 de marzo del año pasado explicaba yo algunos elementos de la historia de la escultura del Vervex Aethiopicus de la Sala de los Animales del Museo Pío Clementino del Vaticano, que estaba dibujando como parte de mis estudios de anatomía artística con los profesores Marco Bussagli y Cinzia Nardini en la Accademia di Belle Arti de Roma

http://ensondeluz.com/2011/03/07/dibujame-un-borrego%E2%80%A6-anatomia-animal-en-el-vaticano/

Hoy puedo explicar el resultado de mis pesquisas.

El catálogo del Museo Pio Clementino y el supuesto enciclopedismo pontificio

El “Vervex Aethiopicus” aparece descrito por Giandomenico Spinola en los catálogos del museo, del que es conservador, como una obra adquirida bajo el papado de Pio VI (1775-1799)

Se trata de un borrego de Etiopía (ovis steatopygia), un bovino que vive en las mesetas de aquella región de Africa Oriental

A pesar de que la escultura se compone de elementos diversos, su elaboración es uniforme y nada parece poderla adscribir a la edad romana. La inscripción (que especifica la raza ovina) se refiere a la tabla 58 del libro del naturalista polaco de origen escocés John Johnston (1603-1675)…

Efectivamente la hermosa escultura –datable entre la segunda mitad del 600 e inicios del 700- ha tomado escrupulosamente como modelo la tabla de Johnston, hasta en los menores detalles, incluyendo después diligentemente la “bibliografía”: se certifica así claramente el culto deseo de crear, con animales conocidos o menos, un museo zoológico marmóreo

También se habla de los cultos deseos pontificios en la introducción a la Sala de los Animales, inscrita en el cartel que los visitantes encuentran al llegar:

La particularisima colección de esculturas, que une a su valor artístico el naturalista, quería manifestar la sensibilidad del Estado Pontificio ante las nuevas instancias culturales, maduradas con el Iluminismo y vinculadas a la Enciclopedia de Diderot y D’Alembert (1751-1772)

Nos están diciendo que Clemente XIV, que fue papa entre 1769 y 1774 y creó el museo Pio Clementino, tenía una gran sensibilidad iluminista y enciclopedista; lo que no casa muy bien con la realidad histórica, pues aquel papa demostró su “sensibilidad” hacia  las corrientes de la Ilustración excomulgando a D’Alembert, Diderot, J.J.Rousseau, Helvetius, Marmontel, Voltaire y D’Holbach.

De hecho la Enciclopedia fue perseguida por la Iglesia Católica desde sus principios y había sido ya condenada por el anterior pontífice Clemente XIII.

En realidad, sería más correcto que el museo no adornase a los pontífices con plumas ajenas. Además, la tradición naturalista italiana es más antigua que la de los enciclopedistas franceses, pues data de la Italia de los siglos XVI y XVII. En la corte de Francisco I Medici en Florencia se producían ya magníficas láminas de fauna y flora para ilustrar los textos de botánica y zoología, en particular los de Ulises Aldrovandi. En estos menesteres destacó entre otros el pintor Jacopo Ligozzi (1547-1626) que reproducía escrupulosamente a la acuarela plantas, flores, pájaros, peces, reptiles y crustáceos. Sus obras se conservan en gran parte en Florencia, en los Uffizi.

A la búsqueda del origen de la escultura del borrego

En respuesta a mi consulta por correo electrónico en febrero del 2011, el conservador de la Sala de los Animales corroboraba su ficha del catálogo y añadía que en torno a 1795 parece que Franzoni, escultor y restaurador romano, le puso una nueva cabeza al cuerpo del borrego que, procedente de la Villa Medici de Roma, había sido adquirido por el museo.

Pero entonces ¿adónde fue a parar la cabeza original?

Tirando de otros hilos me encontré con una versión completamente opuesta a la del conservador del museo.

No era la ilustración de John Johnston o Johnstonus la que había inspirado la escultura de este borrego, sino todo lo contrario: la escultura era antigua.  En realidad, Ulises Aldrovandi hacia 1621, Antonio Tempesta antes de 1630 y Johannes Jonstonus antes de 1650 la habían tomado como modelo cuando aún poseía su cabeza original de un mármol azul casi negro, color “bigio morato”.

Un texto raro, publicado en 1792 por un estudioso al servicio de la corte florentina de los Medici, el erudito Adamo Fabbroni, me puso sobre la pista. Este investigador afirmaba haber encontrado en la llamada por entonces “Reale Galleria d’Antichità e Belle Arti” de Florencia (semilla de la actual Galleria de los Ufizzi)  la cabeza “negruzca” del Vervex sin ninguna indicación de autor.

Fabbroni había mostrado la cabeza de Florencia a un filósofo de nombre Thomson  y al pintor Jacopo More, quienes habían observado en Roma la escultura del borrego en cuestión. Le confirmaban que la escultura “colocada recientemente en el Museo Pio Clementino” tenía el cuerpo antiguo, pero que la cabeza era nueva, “copiada por un restaurador probablementede de la figura de Ionston”. Concluían que la cabeza antigua era, por medidas y características, la que Fabbroni había encontrado en Florencia.

Luego Fabbroni insiste en el origen muy antiguo de la obra y explica con abundantes ejemplos que esa raza de borregos, de cuerpo blanco y cabeza negra, era venerada en varias culturas de la Antigüedad.

Mi búsqueda de los grabados de los tres ilustradores que habían copiado esa escultura cuando aún no había sido privada de su cabeza original, me condujo en la Biblioteca Vaticana y Alejandrina (Universidad de La Sapienza) a las ilustraciones de Aldrovandi (edición de 1621) y en la misma Vaticana a las de Jonstonus (edición de 1657). En la librería anticuaria Ex Libris de Roma hallé una lámina de Antonio Tempesta (edición de 1650) ilustrando el mismo motivo (por ese orden aparecen sobre estos párrafos)

Cuando Aldrovandi copió la escultura, esta tenía las orejas incólumes (o al menos las reconstruyó con su forma ovina tradicional), no así cuando los otros dos grafistas que le sucedieron en el tiempo la reprodujeron. Por entonces la escultura del borrego, que con Francisco de Medici estuvoenla Loggia de la Villa Medici, había sido colocada al aire libre en sus jardines y acabó con las orejas rotas. El Tempesta y Jonstonus las dibujaron con esa extraña forma tubular que después copiaría el restaurador del siglo XVIII para la versión que se exhibe en el museo Pío Clementino.

Fijación de la edad de la escultura

La lectura del texto de Fabbroni me animó a seguir mis pesquisas en los archivos de la Villa Medici (hoy Academia de Francia en Roma), donde la Sra. Alessandra Gariazzo me prestó una ayuda inestimable, facilitándome las publicaciones y la dirección del Profesor Carlo Gasparri de la Universidad de Nápoles, quien con el Profesor Alessandro Cecchi,  había seguido la pista e inventariado la colección de pinturas y esculturas  del cardenal Ferdinando I Medici,  que fueron enviadas en 1788 a Florencia, según documentan estos autores en el volumen 4 de la obra “La Villa Medici” bajo la dirección de André Chastel.

En la ficha 126 (1048) de las páginas consagradas a la Loggia de Villa Medici, el Profesor Gasparri describe la escultura del “montone di Barberia”, más tarde “ariete”, y explica como desde 1740 ya sólo se cataloga la famosa cabeza oscura, que viajó a Florencia, privada del cuerpo que se quedó en Roma. En 1999  el mismo profesor ya había escrito que la escultura era romana, de la misma época que las esculturas de carácter zoológico de la Villa del emperador Adriano en Tivoli.

Las imágenes de la  cabeza original perdida

Estas son las imágenes.

En primer lugar de la cabeza del “Vervex Aethiopicus” u “Ovis Steatopygia” (dicho de forma poco elegante la “oveja de culo graso”), que, lejos de su cuerpo,está hoy en los almacenes de la Galleria de los Uffizi en Florencia, y de las cabezas de los tres ilustradores encontrados.

La cabeza del grabado del Vervex Aethiopicus que Ulisses Aldrovandi debió producir antes de 1620

La dibujada por Antonio Tempesta, antes al menos de su muerte en 1630

Y, finalmente la de Johannes Jonstonus, antes de 1650.

La raza de “Ovis Aethiopica”hoy en día

El conservador del Museo Pio Clementino comentó mi búsqueda de información sobre la escultura del Vervex Aethiopicus, diciendo que si yo tenía tiempo podía irme de viaje a las mesetas de Etiopía a verificar si el borrego en cuestión sigue existiendo, pues él no tenía tiempo de hacerlo (sic).

Tal viaje no ha sido necesario pues la Sra. Alessandra Gariazzo, durante la amable entrevista que me concedió en su despacho de la Academia de Francia en la Villa Medici, localizó a los probables descendientes del borrego vaticano en su versión antigua, con su cabeza oscura sobre un cuerpo claro, del que afirma Jonstonus en su tratado que no tienen lana sino más bien una “pilosidad hirsuta parecida a la del camello como refieren Diodoro Sículo, Aelianus, Estrabón y Johannes Boemus

Mirad pues lo que se dice de la oveja “Blackhead Persian” en una excelente sitio italiano de Instrucción agraria (http://www.agraria.org/ovini/blackhead-persian.htm).

La foto es de John McCullough de Cambridge, United Kingdom.

Origen: Somalia. Utilidad: carne.

Existen algunas razas carentes de lana y cubiertas de pelo, difundidas principalmente en las regiones tropicales y criadas sobre todo por la calidad de su carne. Entre las razas de este tipo está la Barbado de vientre negro, la Blackhead Persian y la Pelibuey. La raza Blackhead Persian es originaria de las regiones áridas del África oriental que hoy pertenecen a Somalia. Se encuentra actualmente en Sudáfrica, Brasil (donde se la denomina Somalis Brasileira, Brazilian Somali o Somali Blackhead) y en el área caribeña.

…/…

Presenta un cuerpo blanco y la cabeza y el cuello negro, en una neta distinción. Patas cortas y conformación compacta

Comparadla con el Vervex del Museo Pio Clementino.

Si le restituimos su cabeza oscura original nos encontraremos ante un ejemplar de larguísima transmisión genética.

CONCLUSIÓN

Estas cosas ya las sabían y las habían publicado algunos profesores de historia del arte, como el profesor Carlo Gasparri.

Mi aportación es bastante modesta y se reduce a tres puntos:

- el hallazgo del artículo de Adamo Fabbroni que demuestra que ya a fines del siglo XVIII se conocía el origen antiguo de la escultura del Vervex Aethiopicus y la ubicación de la cabeza original, que fue sustituida por otra esculpida por un restaurador inspirándose en los grabados de naturalistas del siglo XVII que habían conocido la escultura en su estado original;

- la existencia de un grabado de Antonio Tempesta representando en su estado original al Vervex Aethiopicus (aunque dando una forma tubular a sus orejas rotas), grabado posterior al de Aldrovandi y anterior al de Jonstonus;

- la necesidad de revisar la información general que se ofrece al visitante de la Sala de los Animales para ajustarla a la verdad histórica, así como de introducir la modificaciones pertinentes en la ficha del Vervex Aethiopicus en el catálogo del Museo Pío Clementino, cuando se ponga al día el que publicó la Editorial Erma di Bretschneider en 1996, hoy agotado.

ADDENDA

Otras imágenes y esculturas de la fauna representada en los grabados del siglo XVII y en el Museo Pío Clementino

Rinocerontes de Aldrovandi y Jonstonus, copias del rinoceronte que Durero dibujó y grabó más de un siglo antes

Cabras de Aldrovandi

  

y cabras del Museo Pío Clementino

 

 

BIBLIOGRAFIA

[ALDROVANDI 1621] Aldrovandi, Ulisse (1522-1605?), Quadrupedum omnium bisculorum historia Io. Cornelius Uterverius colligere incaepit … Hieronymus Tamburini in lucem edidit … Bononiae, apud Sebastianum Bonhomium, 1621, 1040 p. tav. Color. 36 cm.

[FABBRONI 1792] Adamo Fabbroni, Dell’ariete gutturato, ossia di una singularissima Testa di Quadrupede che si conserva sculta in marmo nero nella Reale Galleria d’Antichità e Belle Arti di Firenze. Idee di Adamo Fabbroni, alla Imperiale Accademia dei Curiosi della Natura, Firenze, per Gaetano Cambiagi, Stamperia Granducale, 1792. Esemplare alla Bayerische Staatsbibliothek München

[GASPARRI 1999] Carlo Gasparri, Villa Medici, il sogno d’un cardinale.Collezioni e artista di Ferdinando di Medici, Roma, a cura di Michel Hochmann, Accademia di Francia, Edizioni di Luca, 1999, Scheda ed illustrazione nº 30 “Testa di pecora in marmo bigio”  da  Carlo Gasparri.

[GASPARRI 2009] Alessandro Cechi e Carlo Gasparri,La Villa Médicis, sotto la direzione di André Chastel, Vol.4, Le collezioni del cardinale Ferdinando. I dipinti e le sculture, Accadémie de France à Rome, Roma 2009, Scheda 125 (1048), pag.126 (Loggia)

[JONSTONUS 1650] Jonstonus, Iohannes (1603-1675), Historiae natvralis de quadrupetibvs [!]libri cum aeneis figuris Johannes Jonstonvs med: doctor concinnavit. Francofvrti ad Moenum, impensis haeredum Math. Meriani, 1650. 231, [5] p. lxxx tav. 34 cm. Front. inc. firmato: M. Merian Junior inventor. Frontoni; iniziali.

[JONSTONUS 1657] Jonstonus, Iohannes (1603-1675), Historiae naturalis de quadrupetibvs [!] libri cum aeneis figuris, Johannes Jonstonus… concinnavit,Amstelodami, apud Ioannem Iacobi fil. Schipper, 1657, 2 v. tav. 39cm

[SPINOLA 1996] Spinola, Giandomenico. Il Museo Pio Clementino, vol.1, Ed. Erma di Bretschneider, 1996 pp. 181-182

[TEMPESTA 1650] Tempesta, Antonio (1555-1630), Nova raccolta de li Animali piu curiosi del Mondo disegnati et intagliati da Antonio Tempesta e dati in luce per Gio Giacomo Rossi in Roma alla Pace cum Privil S.P. 1650

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El texto de esta entrada es un resumen de mi trabajo inédito:

Ramón Puig de la Bellacasa, Ricerca sulle fonti concernenti la scultura Vervex Aethiopicus della Sala degli Animali del Museo Pio Clementino, Giugno 2011, Saggio documentale per il corso di Anatomia Artistica III, dei professori M.Bussagli e C.Nardini alla Accademia di Belle Arti di Roma, 2010-2011



Por los pueblos del “Roannais” al oeste del alto Loira

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Cuando partimos de Tréveris este verano nuestro recorrido nos llevó hasta La Clayette en el extremo sur de la Borgoña.

Pernoctamos en un camping frente al lago, junto al cual se yergue un castillo que se fue construyendo en fases sucesivas, medievales y renacentistas.

Era la primera vez que desde un camping he podido divisar la silueta de un castillo de cuento de hadas reflejándose en un lago.

En nuestra ruta hacia el sur, desde el otro lado de las alambradas nos miraban silenciosos los terneros de la raza Charolais (no en vano circulábamos no lejos de Charolles).

Estos amables animales, inconfundibles en su pelaje de un color blanco cremoso, forman parte de una cabaña predestinada a convertirse en los más preciados solomillos y chuletones de las carnicerías francesas.

http://fr.wikipedia.org/wiki/Charolaise

En un prado para ella sola pastaba la mamá vaca ignorante de su destino, del suyo propio y de su prole.

Poco después de salir de La Clayette dejamos el territorio de Borgoña y, siguiendo el consejo que nos había dado nuestra amiga Agnès, experta conocedora de la región, enfilamos hacia el Roannais (¿sería correcto decir en castellano el Roanesado?)

Charlieu

Al noroeste de Roanne nos recibe este pueblo de abolengo medieval. Además de comprar solomillos de charolais en la boucherie (donde nos entretenemos en amena charla con la amable pareja que la regenta), pecaríamos no sólo de gula sino también de ignorancia si no hiciésemos un alto en su abadía benedictina, fundada en el año 875 y vinculada en el siglo siguiente a la cercana abadía borgoñona de Cluny.

Es el día del Patrimonio, y su claustro gótico del siglo XV, así como su sala capitular, lo ocupan las demostraciones de técnicas de restauración de la piedra y la exposición de tallas góticas pacientemente recogidas y restauradas con los fondos que recogen los voluntariosos “amigos de Charlieu”.

Son tallas modestas y maltratadas por el paso del tiempo, pero admirables en la ternura que suscitan sus rostros, trabajados por artistas anónimos.

Son fisionomías que es su día lucieron policromadas y hoy, sin palabras, nos hablan de la sensibilidad popular y de los deseos expresados por las gentes que desfilaron ante ellas reclamando la atención del cielo hacia las penas y carencias de sus vidas.

La Bénisson-Dieu

Pasamos por el pueblo de La Bénisson-Dieu (literalmente, aunque falta una s, parece que quiere decir “bendigamos a Dios”). Visitamos la soberbia iglesia que se alza solitaria sobre las praderas que ocupaba su abadía anexa, demolida durante la revolución francesa.

Por falta de tiempo dejaremos el desvío a Le Crozet para otro viaje, y nos limitamos a bajar hacia el siguiente pueblo en la ruta de los viñedos de la comarca que está llena  de “villages à caractère”. El Roannais debe su nombre a la cercana capital de la región, Roanne, en el departamento de la Loire, que a su vez lo tiene de este larguísimo río, enteramente francés  http://www.leroannais.com/

Ambierle

El pueblo de Ambierle está rodeado de viñas, sobre todo por las tierras del domain des Palais (es decir los viñedos y bodegas de la familia de Yann y Sylvie Palais). Los Palais han sido viticultores de generación en generación. Tras la cata de algunos de sus caldos y la compra de algunas botellas de tinto, seguimos su consejo y subimos al pueblo para visitar sus calles y su iglesia gótica. “No dejen de ver el retablo de la Pasión”, nos dicen.

Es en efecto un extraordinario retablo flamenco, que llegó de Bruselas en el siglo XV, pintado y esculpido en los talleres del entorno de Roger Van der Weyden, y que preside la nave central. Su estado es tal que parece pintado y esculpido ayer.

Saint-Haon-le-Châtel

Este es un pueblo fortificado con un centro histórico muy bien conservado. Antes de dar un paseo dentro de sus murallas, nos sentamos al pie de ellas, en uno de los cafés, a disfrutar de una merecida pausa que incluye los excelentes pasteles de la patrona.

Su iglesia, de núcleo románico con elementos de transición, contrasta con las naves góticas que hemos visitado por la mañana.

Hay una especie de cuarto trastero, visible desde la nave, que serviría de base para una película de misterios medievales. Las imágenes, en contraste con el cuidado y el mantenimiento  que hemos visto en Charlieu, duermen aquí bajo el polvo.

No así sus espléndidas mansiones renacentistas, como esta llamada “la casa del reloj”

Poco después, tras algunas vueltas y revueltas, acabamos encaramados sobre los farallones que bordean el Loira en el siguiente “pueblo de carácter”.

St Jean-St Maurice sur Loire

No sólo fue un enclave celta, sino que estos dos pueblos reunidos en uno se convirtieron en lugar de paso de la ruta de Cluny y etapa para los peregrinos hacia Santiago de Compostela, representado en los frescos de la iglesia de San Mauricio.

A los pies de su torreón y de los restos de sus murallas del siglo XII, las aguas del Loira suben o bajan en función de la regulación de un extenso embalse que las retiene.

Con la vista de ese gran recodo de aguas remansadas, abandonamos la región, en dirección a la autopista A75 con la intención de hacer noche en Issoire.

Pero esa es otra historia, porque al día siguiente nos emplearemos a fondo para alcanzar Barcelona y luego nuestro pequeño destino en las tierras de la Marina Alta alicantina.


Del cerdo y de las manzanas

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El 7 del presente mes este blog ha cumplido dos años.

El primer artículo lo pensé en el mar navegando hacia Italia. De modo que sigo viendo todo esto como un barco de papel de aquellos que  formábamos con un trozo de periódico para echarlos a navegar por un arroyo. Hacíamos lo mismo con ramillas secas. Las veíamos alejarse hasta perderse de vista en un recodo del torrente, entre los pinos de la sierra de Guadarrama  o por los prados que bordean el Riopeces, cuyas aguas modestas brotan de las laderas de la Mujer Muerta, en la provincia de Segovia.

Elogio de los blogs

Ahora ya no lanzamos navíos de papel o palitos al agua, hoy le damos al teclado y nuestras ocurrencias salen a velocidades increíbles al encuentro de familiares y amigos, o de cientos de lectores desconocidos repartidos por toda la tierra.

Algunos se harán eco de nuestras divagaciones y nos mandarán un comentario, a otros los imaginaremos silenciosos en una ciudad de México o de Uruguay, en algún bosque de Galicia o en un piso de Toscana, por no decir de alguno que se asoma, malabarismos de Google, desde Nueva Zelanda o Aruba, pues hoy se lee el castellano en los cuatro puntos cardinales.

A día de hoy, las estadísticas de los dos años de este blog dicen que han sido más de 57.000 las lecturas; más del 60 % en España y en América Latina; otro  30  % en Europa y Norteamérica y un 10   %  del resto del mundo, hasta completar 89 países. Parece que, a poco que se persevere, con un blog se empieza a poquitos y se puede acabar con más lectores que un best-seller. Pero detengamos aquí el elogio de los blogs, pues veo que empiezo a ponerme hiperbólico.

Mejor será que me aplique una cura de humildad. ¿Qué es lo que más “pinchan” los que se asoman a las muchas imágenes que he publicado en mi blog? ¿Mis fotos paisajístico-poéticas? ¿Mis hallazgos de la fisionomía clásica en los museos italianos? ¿Las fotos de mis cultos paseos? ¿Los cisnes, los barcos, las montañas, el mar, las gentes, los cuadros, los castillos, las naves góticas de Francia, las flores de los campos suecos, los arrozales de Valencia? ¿Mis pinturas? Aparte de la página de apertura y cada vez que lanzo una nueva entrada ¿cuál es la imagen de este blog la más buscada?

El palmarés

De todos lo artículos de este blog y de una entrada sobre anatomía artística (mis últimos ejercicios académicos en Roma) que se abría con un magnífico dibujo de Rubens, no es el genial pintor de Amberes quien se lleva la palma, no. Es mi dibujo, laborioso y concienzudo sí, pero sin pretensiones, del esqueleto de un cerdo lo que se ha convertido en la foto más popular de este blog.

http://ensondeluz.com/2011/08/09/anatomia-ultimos-ejercicios-academicos-en-roma/

Se trata de un ejercicio académico para el curso de anatomía animal de los profesores Marco Bussagli y Cinzia Nardini en la Accademia di Belle Arti de  Roma, a partir de unas fotocopias de láminas que nos distribuía esta última para preparar los trabajos del examen final.


He de rendirme a la evidencia, ninguna de mis aspiraciones expresivas más queridas ha alcanzado el interés despertado por mi modesto dibujo de un marrano sin chuletas. Mi cerdo en los huesos se ha situado en la primera línea de las fotos de esqueletos de cerdo en Google. Si no os lo creéis, haced la prueba, escribid en la búsqueda “esqueleto de cerdo”.

No tengo una explicación. ¿Son miles los estudiantes de anatomía animal a quienes sus profesores les mandan dibujar los huesos del cerdo? ¿El amor al jamón está llevando a la humanidad a una especie de culto al cerdo? No lo sé. Pero, en este aniversario he decidido presentar una serie de fotografías en homenaje al gorrino, al marrano, al chancho, al puerco.

 

Elogio del cerdo

 Aunque los haya que viven frente a un mar azul, dicen los refranes que…

“el cerdo no quiere rosas sino aguas cenagosas”

y que  “a cada cerdo le llega su sanmartín” o “por Nadal, el cerdo en sal”.

Incluso el jamón y las mortadelas de un humilde cerdo acabaron inmortalizados en la Galería Corsini de Roma.

Elogio de la manzana

Ya que estamos metidos en asuntos de nutrición, para equilibrar nuestra dosis de colesterol acabaré este artículo con el fruto de la temporada, que llena en estos días los anaqueles de los supermercados de Gotemburgo. Hasta doce clases conté el otro día en un solo establecimiento.

Digamos que si hay cientos de especies de rosas, con las manzanas pasa lo mismo ¡Y cómo lucen las manzanas locales entre las otras importadas! ¡Cómo destacan por su aroma intacto!

De Suecia

 

De Italia, Bélgica, Francia y Holanda


¡Menos mal que el severo Dios del Paraíso prohibió comer tan solo de un manzano! Pues recordemos que, en funciones de Yahveh o de Alá, vetó el consumo no de un solo cerdo, o de los de aquella época,  sino de cualquier cerdo presente o futuro.

¡Imaginad que hubiese prohibido comer de cualquier manzano!

Así que aprovechemos de la bondad divina. Las manzanas de temporada no vienen de cámara frigorífica. Como dice el refranero, “no hay cosa más sana que comer en ayunas una manzana”. Además, “una manzana cada día, de médico te ahorraría” (y de listas de espera, claro).

Por otro lado, más manzana y menos tocino, junto con ejercicio físico (dicen que hay que caminar una media de 7000 pasos diarios), previene los michelines y facilita el ejercicio mental. Por mucho que, como un señor de Denia que conozco, algunos se desayunen todos los días con jamón.

Coda

Decía Quevedo en un pasaje de “El diablo cojuelo” que la prohibición de comer cerdo se deriva de la prohibición de beber vino, ya que, según argumenta, sería imposible digerir los torreznos sin un poco de vino tinto. Parece que aquel agudo ingenio era bastante chinche, quisquilloso y un punto intolerante, por lo que viene al caso el consejo de un refrán castellano, dirigido a quienes se indisponen fácilmente con el prójimo. Dice este dicho popular que la mejor forma de prevenir la ira es aplazar nuestras diferencias comiendo y bebiendo juntos, pues “comeréis puerco y mudaréis de acuerdo”. Y San Ignacio de Loyola decía que los asuntos importantes se habían de tratar después de comer y no en ayunas.

Como otro refrán castellano dice que “del puerco hasta el rabo es bueno”, nosotros llegamos al rabo de este artículo con una conclusión. Si, como explicaba el refrán, el humilde chancho no sólo es pacífico y contentadizo (pues la granja de Orwell es humana y los finolis cerdos de bellota son una excepción), sino que, sacrificándose en nuestra mesa, ejerce de pacificador, puede que eso explique por qué un dibujo de sus huesos y de sus músculos tiene éxito en la web y el que los romanos venerasen a la scrofa. 

 

 


De las desgracias de Ganda, el rinoceronte enfermo que Durero inmortalizó

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Rinoceronte asiatico. Durero. British Museum

Rinoceronte asiatico. Xilografía de Durero. British Museum

 

Parece ser que la estampa emblemática de la exposición Durero grabador. Del Gótico al Renacimiento, abierta hace poco en la Biblioteca Nacional de Madrid es el famoso y muchas veces reproducido rinoceronte asiático, cuya estampa en hojas sueltas aportó buenas ganancias al artista alemán.

¡No es lo menos admirable de este grabado lleno de finos detalles el que se trate de una xilografía! El dibujo original de Durero, a partir del cual se ejecutó, se conserva en el British Museum.

Albrecht Dürer. Ink drawing. British Museum.

Albrecht Dürer. Dibujo a la pluma. British Museum.

Está documentado que se basó en un dibujo que un pintor moravo afincado en Portugal envió a Nurenberg desde Lisboa, adonde el pobre animal, apodado Ganda, había llegado en mayo de 1515, tras un viaje por mar de cinco meses.

Los críticos afirman que los detalles tan abigarrados son fruto de la imaginación de Durero y de su lectura de Plinio el Viejo (se transcribe más adelante), autor que no era manco en fantasías.

No voy a contradecir a los críticos, pero, además, mi modesta opinión es que el pobre animal debió de llegar a Lisboa con escorbuto, en estado de deshidratación, cubierto de abscesos y, además, escrofuloso. Así que lo que parece una cota de malla o la superficie moteada de una tortuga, creo que eran  pústulas; y esa especie de branquias son las escrófulas.

Así que lo que hizo Durero fue adecentarlo para la posteridad y borrar las huellas del maltrato, sin que eliminase del todo la melancolía y la pena que rezuma el animal. Al fin y al cabo, el artista, que era al parecer depresivo y melancólico, se debió sentir identificado con el desdichado rinoceronte.

Ese aspecto triste lo siguieron manteniendo los artistas posteriores que se inspiraron en él para sus obras de Historia Natural.

Rinoceronte asiatico Jonstonus. Biblioteca Vaticana.Detalle

Rinoceronte asiatico Jonstonus. Biblioteca Vaticana.Detalle

Capricho de nobles

En fin, en Lisboa, en vez de darle un respiro lo pusieron en una plaza frente a otro desgraciado, un elefante, para comprobar si Plinio el Viejo tenía razón, cuando describía una feroz rivalidad entre ambos animales. Como dos no pelean si uno no quiere (y el elefante se largó pintando), el rey decidió mandárselo al Papa León X, con escala en Marsella para que lo viese Francisco I.

No sabemos dónde lo disecaron tras el naufragio, si en Portugal (parece dudoso) o en Italia, que estaba más cerca del lugar del desastre. Por aquellos andurriales se ofreció por un tiempo a la curiosidad de nobles y cortesanos, pues dicen que los Medici adquirieron los restos disecados de Ganda.

Otros grabados

Este grabado de Durero ya se expuso en Bilbao (Guggenheim) en el 2007 y en Madrid (Prado) en el 2005. No es pues una imagen desconocida entre nosotros.

Pero el motivo que me lleva a tratar del tema es que durante mi año de estudio en Roma (2010-2011) tuve ocasión de manejar grabados originales de Ulises Aldrovandi (1522-1605),  Antonio Tempesta (1555-1630) y Johannes Jonstonus (1603-1675), a quienes enumero por orden cronológico de su vida y obras.

Entre las diversas estampas que tuve el privilegio de examinar en las obras originales del siglo XVII, aparecía también el pobre Ganda.

Ulises Aldrovandi

Rinoceronte asiático  Aldrovandi.1616

Rinoceronte asiático. Ulises Aldrovandi,1616. Biblioteca Alessandrina. Universidad de La Sapienza.

Las imágenes del rinoceronte de Aldrovandi, deudoras del de Durero,  son de la edición de su Quadrupedum omnium bisculorum historia de 1621, que se puede consultar en la Biblioteca Alessandrina de la Universidad de La Sapienza en Roma.

Antonio Tempesta

Tempesta Rinoceronte africano. Grabado en 1620 por De Rossi.

Antonio Tempesta. Rinoceronte africano. Grabado en 1620 por De Rossi.

La imagen de un rinoceronte, no asiático como el de Durero, sino africano pues tiene dos cuernos (además de los de su testuz) que grabó De Rossi, a partir de un dibujo de Antonio Tempesta, la he encontrado en la página web de Calcográfica del Ministerio Italiano dei Beni Culturali, procedente de la obra Nova raccolta de li Animali piu curiosi del mondo designati et intagliati da Antonio Tempesta e dati in luce per Gio Domenico De Rossi in Roma alla Pace, 1620. Este híbrido sí que parece un fruto de la imaginación del artista, quizás basado en lecturas de autores de la Antigüedad.

http://calcografica.ing.beniculturali.it/calcografica/index.php?page=default&id=20&lang=it&schemaType=MI&soggetto_value=ANIMALI&start=25.

El profesor Manuel Barbero Richart (Universidad Complutense de Madrid) publicó en 1999 su obra Iconografía Animal: la representación animal en libros europeos de historia natural de los siglos XVI y XVII, donde se reproduce una estampa atribuída también al Tempesta, en la que este artista escenificaba la lucha entre el rinoceronte y el elefante. Como el autor me ha informado la reproducción aparece en la obra The Rhinoceros. FromDürer to Stubbs (1515-1799) de T.H. Clarke. 

El profesor Barbero ha tenido la cortesía de hacerme llegar esta imagen, que reproduzco con la fecha de su probable publicación, pues proviene del Primo libro di caccie varie intagliate per mano di Antonio Tempesta, Roma, Andrea Vaccario, s.d. [fecha de la dedicatoria en 1598]. La figura del rinoceronte tiene todas las trazas de basarse en la de Durero (¿conocida a través de trabajos de Aldrovandi?)

Antonio Tempesta.Lucha del rinoceronte y el elefante 1605. Fuente T.H.Clarke

Antonio Tempesta. Lucha del rinoceronte y el elefante (1605). Fuente T.H.Clarke. Cortesía del profesor Manuel Barbero Richart

Johannes Jonstonus

Rinoceronte asiatico Jonstonus. 1657. Biblioteca Vaticana

Rinoceronte asiatico Johannes Jonstonus. 1657. Biblioteca Apostólica Vaticana

En los servicios de la Biblioteca Apostólica Vaticana adquirí en el 2011 una hermosa reproducción fotográfica del rinoceronte de Jonstonus, procedente de su Historiae natvralis de quadrupetibvs, de 1657. Es evidente que sigue a Aldrovandi, como aquél siguió a Durero.

Versión escultórica

Cabeza de rinoceronte asiatico. Fines del s.XVI. Claustro Michelangelo. Museo delle Terme. Roma. Foto R.Puig

Cabeza de rinoceronte asiatico. Fines del s.XVI. Claustro Michelangelo. Museo delle Terme. Roma. Foto R.Puig

No quiero olvidar las imágenes de las gigantescas cabezas de época renacentista de un rinoceronte asiático y de un elefante, ambas de fines del último tercio del siglo XVI, que fueron encargadas por el cardenal Michele Bonelli  (1541-1598) para su palacio de Roma y que hoy pueden admirarse en el Claustro Michelangelo del Museo delle Terme di Diocleciano.

Cabezas de elefante y rinoceronte asiatico. Fines del s.XVI. Chiostro Michelangelo. Museo delle Terme. Roma. Foto R.Puig

Cabezas de elefante y de rinoceronte asiatico. Fines del s.XVI. Claustro Michelangelo. Museo delle Terme. Roma. Foto R.Puig

Pienso que el modelo del rinoceronte debió de ser o el grabado de Durero o el mismísimo Ganda disecado.

Cuál fuese el modelo de elefante no sabemos, pero de estos paquidermos por Italia habían pasado bastantes desde los tiempos de Anibal

Reflexión final

El texto alemán del grabado de Durero, basada en la descripción del romano Plinio el Viejo, es el siguiente:

El  primero de mayo del año 1513 [sic], el poderoso Rey de Portugal, Manuel de Lisboa, trajo semejante animal vivo desde la India, llamado rinoceronte. Esta es una representación fiel. Tiene el color de una tortuga moteada, y está casi completamente cubierto de gruesas escamas. Es del tamaño de un elefante, pero tiene las patas más cortas y es casi invulnerable. Tiene un poderoso y puntiagudo cuerno en la punta de su nariz, que afila en las rocas. Es el enemigo mortal del elefante. El elefante se asusta del rinoceronte, pues, cuando se encuentran, el rinoceronte carga con la cabeza entre sus patas delanteras y desgarra el estómago del elefante, contra lo que el elefante es incapaz de defenderse. El rinoceronte está tan bien acorazado que el elefante no puede herirlo. Se dice que el rinoceronte es rápido, impetuoso y astuto.

tomado de http://www.taxidermidades.com/2012/12/el-rinoceronte-de-durero.html#more

La verdad es que entre tantos animales salvajes como han sido capturados y maltratados durante siglos para diversión de los hombres, ninguno pudo contar con tanta fama y con semejante epitafio, de la mano del mejor grabador del Renacimiento.

En una época en que esas mismas naves, que venían de la India o de las costas del este de África hacia Lisboa, fondeaban de puerto en puerto para cargar esclavos negros en sus sentinas, obligados a viajar hacinados y en peores condiciones si cabe que el rinoceronte Ganda ¿quién de ellos llegó a ser recordado y representado para la Historia?

De esos miles de viajeros esclavizados sólo queda, como una penosa aunque famosa metáfora, la imagen de un rinoceronte enfermo y extenuado. Cuando vayamos a la BNE para admirar el arte de Durero no estará de mal recordar de cuánta arbitrariedad, explotación y sangre, de cuantos abusos y dolor, está compuesta la historia de las creaciones humanas.

………….

Sobre la historia de este grabado y otras versiones antiguas basadas en el grabado de Durero:

http://blog.bne.es/?p=1307

Información sobre la exposición de la Biblioteca Nacional de España:

http://www.hoyesarte.com/entrevistas/comisarios/12715-entrevista-con-concha-huidobro-jefa-de-la-seccion-de-grabados-de-la-biblioteca-nacional-de-espana.html

Más imágenes de rinocerontes en el Arte:

http://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Rhinoceroses_in_art


El perro avaricioso

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Royal Readers III.Portada interior. Foto R.Puig

Royal Readers III.Portada interior. Foto R.Puig

Aprendiendo inglés en la España de los años 20

Recuerdo que el librillo victoriano que ahora tengo en mis manos rodaba siempre por la casa de mi niñez.Lo atestiguan algunos garabatos y rayajos en sus maltrechas páginas, fruto de las “lecturas” infantiles de diez hermanos. Mi padre lo había usado para su aprendizaje del inglés en sus años mozos. Pero nuestra maldita guerra dividió las vidas de los jóvenes españoles en un antes y un después. Absorbidos por ganarse la vida, quienes algo de inglés habían aprendido antes no sólo debieron de aparcar sus lecciones,  sino que en la inmediata posguerra, cuando los ministros de Franco se fotografiaban en Berlín con sus correligionarios nazis,  el idioma de los países aliados, y lo británico en general, no estaba muy bien visto.

Conocimientos de inglés a mi padre no le quedaron muchos, pero fueron suficientes para interpretarnos los cuentos del tomito III de los “Royal Readers”, ilustrado con grabados y reimpreso en Londres en 1925 por T.Nelson and Sons. Digo interpretar, porque no sólo los traducía y adaptaba a nuestra imaginación infantil a la hora de dormirnos mientras nos mostraba los grabados, sino que cuando se empleaba a fondo con una de las stories of tigers, mi padre rugía como los grandes felinos y hacía ademán de sacar las garras. Creo recordar que también sabía imitar perfectamente el berrido de los elefantes, tan bien como en las películas de Tarzán. Y así con los tiburones, los monos, etc.

El libro también tiene cuentos sobre el mejor amigo del hombre…

El perro y su sombra

Royal Readers III.The dog and the shadow.Foto R.Puig

Royal Readers III.The dog and the shadow.Foto R.Puig

 The dog and the shadow

Un perro que atravesaba un riachuelo con un hueso en la boca, vio su imagen reflejada en el agua clara y la tomó por la de otro perro llevando otro hueso.  No satisfecho con lo que ya poseía, la avariciosa criatura se abalanzó sobre la presa que veía debajo. Al hacerlo, evidentemente soltó el hueso real, que cayó en el arroyo y se perdió.

Los avariciosos, al codiciar más de lo que tienen a menudo pierden incluso lo que podrían haber disfrutado en paz.

Royal Readers nº III, First Series. London, T.Nelson ans Sons, 1925, p.70

La moraleja sigue siendo actual. Por lo que leemos todos los días en la prensa, más de un personaje debe de estarse arrepintiendo en España de no haberse contentado con lo que honradamente tenía…

La pedagogía del idioma y de la lectura en la Inglaterra victoriana

Royal Readers III.La planta del tabaco

Royal Readers III.La planta del tabaco. Foto R.Puig

Este viejo texto escolar sienta sus objetivos pedagógicos en el prefacio, que comienza con una frase muy significativa:

Good Reading is more readily acquired by practice than by precept

Leer bien se consigue con más facilidad por la práctica que por la imposición

Se intuye que el libro (y los otros cinco de la serie) debió de componerse para las escuelas de los tiempos victorianos, pues se cita el Syllabus del Departamento de Educación Inglés para los aspirantes a maestros del año 1872.

De ahí un anacronismo de su reimpresión en 1925, que mi padre subrayó con tinta y signos de exclamación en una de las páginas de este texto escolar, donde dice:

Todavía hay esclavos en las islas que pertenecen a España; pero hay razones para esperar que pronto serán liberados. Entretanto, hemos de alegrarnos de que ya no existe esclavo alguno en los dominios Británicos

Royal Readers III. Slaves.Foto R.Puig

Royal Readers III. Slaves.Foto R.Puig

La verdad es que esta afirmación pertenece a una narración, con grabado de las tres carabelas incluido, en la que se exalta la gesta de Cristobal Colón y, después, se explica a los niños la historia de las crueldades de la sucesiva colonización europea y de la trata de esclavos, sin excluir a Inglaterra de tales prácticas.

Royal Readers III. Las carabelas de Colon. Foto R.Puig.

Royal Readers III. Las carabelas de Colón. Foto R.Puig.

Para un manual escolar de 1925 la crítica de nuestra civilización no está nada mal.  Deduzco que cuando habla de los restos de esclavitud en islas de dominio español se refiere a Cuba o Puerto Rico, ¿o se estarían refiriendo a las islas de Fernando Poo y Annobón? En el siglo XIX esas islas, que eran de dominio español pero con gobernador inglés, se mantuvieron aún durante algunas décadas como uno de los centros de comercio de esclavos de británicos y holandeses. La trata databa del siglo XV, de cuando los portugueses tomaron las islas sometiendo a la población bubi. Los historiadores podrán decir hasta cuándo subsistió el depósito inglés de esclavos de Fernando Poo, ¡una colonia española con gobernador inglés y subgobernador holandés nombrados por Isabel II, la reina de España!

España no suprime la esclavitud en Puerto Rico hasta 1873 y en Cuba hasta 1880. En el Imperio Británico se había concluido legalmente en 1834, salvo en la India donde se abolió en 1843, aunque en la práctica continúo varias décadas detrás de la fachada.

En cualquier caso a los escolares ingleses del último tercio del siglo XIX y primeras décadas del XX se les alimentaba un poco la buena conciencia, comparando el benigno imperio inglés con los restos de los dominios españoles.

Royal Readers III. Elefantes en faena. Foto R.Puig.J

Royal Readers III. Elefantes en faena. Foto R.Puig

Los Royal Readers se encuentran digitalizados en

http://collections.mun.ca/cdm4/browse.php?CISOROOT=%2Fcmc

con un comentario en

http://doodledaddle.blogspot.se/2011/06/royal-readers-victorian-era-textbooks.html



Las esculturas de Pilane. Postrimerías de agosto en Gotemburgo y en el Bohuslän

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En la costa de Tjorn. Foto R.Puig.

En la costa de Tjörn. Foto R.Puig.

 

La deriva del verano hacia el otoño es un movimiento lento, casi imperceptible y dulce, de la luz y de las cosas, mientras la presencia humana se retira progresivamente de aquellos rincones naturales que han sido testigos del bullicio estival.

Junto a la ría de Gotemburgo por la orilla de Lindholmen los alumnos de la escuela de ingeniería de Chalmers  y del instituto técnico han comenzado clases y aprovechan la pausa del almuerzo para consumir su tartera sobre el muelle soleado.

Escuela de Ingenieria. Lindholmen. Foto R.Puig.

Escuela de Ingenieria. Lindholmen. Foto R.Puig.

En el dique seco se repara un barco

En dique seco. Gotemburgo. Foto R.Puig.

En dique seco. Gotemburgo. Foto R.Puig.

no muy lejos del ancla de Slottsberget.

Muelle. Slottberget.Foto R.Puig

Muelle. Slottberget.Foto R.Puig

Por algunas islas del Bohuslän

Aprovechamos el clima benévolo de estos últimos días de agosto para dar una vuelta por la isla de Marstrand

Estrecho de Marstrand. Foto R.Puig.

Estrecho de Marstrand. Foto R.Puig.

y sobre todo para visitar la muestra anual de esculturas a la intemperie de Pilane en la isla de Tjörn.

Por los caminos de Tjorn.Foto R.Puig.

Por los caminos de Tjörn. Foto R.Puig.

Por los caminos de Tjorn. Foto R.Puig.

Por los caminos de Tjörn. Foto R.Puig.

Pilane 2013

La de Pilane es una exposición que no quiero que se me escape, aunque sólo sea por el paseo entre las rocas junto a las impasibles ovejas. El land art nunca falta a la cita y además siempre divierten las habituales esculturas conceptuales  y las rematerializaciones  y rupturas de escala.

Rincón de lectura con vistas. Claes Hake. Pilane. Foto R.Puig.

Rincón de lectura con vistas. Claes Hake. Pilane. Foto R.Puig.

Como este rincón de lectura con espléndidas vistas, obra en bronce de Claes Hake.

Rincón de lectura con vistas y... relax. Claes Hake. Pilane. Foto R.Puig.

Rincón de lectura con vistas y… relax. Foto R.Puig.

El coche de carreras de Brio en tamaño de competición diseñado por Jan Järlehed

Auto Brio. Jan Jerlehed. Pilane. Foto R.Puig.

Auto Brio. Jan Jerlehed. Pilane. Foto R.Puig.

o el soldado Lego de Rolf Allan que monta la guardia a la entrada del parque.

Guardian de Lego. Claes Eriksson y Rolf Allan. Pilane. Foto R.Puig

Guardian de Lego. Claes Eriksson y Rolf Allan. Pilane. Foto R.Puig

Johan Eyssen, un creativo de la isla de Tjörn especializado en lo que podríamos llamar inutilidades mecánicas, ha instalado tres cabinas telefónicas  en las praderas donde pastan los ovinos grises de cabeza negra.

Llamadas telefonicas de Claes Eriksson y Johan Eyssen y ovejas imperterritas. Pilane. Foto R.Puig.

Llamadas telefonicas de Claes Eriksson y Johan Eyssen y ovejas impertérritas. Pilane. Foto R.Puig.

Si el visitante, respondiendo al ring ring de sus llamadas,  descuelga, se desencadena el exaltado monólogo surrealista del actor Claes Eriksson. No pasarán a la gran historia del arte pero son un buen pretexto para estirar las piernas entre las pacíficas lanudas, las esculturas naturales que no faltan nunca en Pilane.

Oveja al natural. Pilane. Foto R.Puig

Oveja al natural. Pilane. Foto R.Puig

Tampoco faltan las obras del asiduo Tony Cragg, ese artista británico afincado en Alemania que tiene abono permanente en Pilane

Punto de vista. Detalle del perfil. Tony Cragg.Pilane. Foto R.Puig

Punto de vista. Detalle del perfil. Tony Cragg.Pilane. Foto R.Puig

Por estos parajes ya anduvo el hombre prehistórico erigiendo pedruscos funerarios. Una puerta gigante, obra de land art del artista sueco Karl Chilcott, enlaza con esa tradición megalítica .

Portal. Karl Chilcott. Foto R.Puig.

Portal. Karl Chilcott.Foto R.Puig.

También lo hacen los enormes champiñones pétreos que, a modo de taulas, el escultor Per Agélii ha plantado sobre una elevación del terreno. Muy cerca reptan dos de sus extrañas criaturas.

La colina de los hongos. Per Agelii. Pilane. Foto R.Puig.

La colina de los hongos. Per Agélii. Pilane. Foto R.Puig.

Puckling. Per Agelii. Pilane. Foto R.Puig.

Puckling. Per Agelii. Pilane. Foto R.Puig.

Caterpillar. Per Agelii. Pilane. Foto R.Puig.

Caterpillar. Per Agelii. Pilane. Foto R.Puig.

Torkel Olausson ha optado por otra creación que no sé si catalogar como land art o como obra conceptual. Se trata de una piedra que parece abandonada por Sísifo en plena pendiente y que amenaza con caerle encima al visitante.

Atencion a la caida de la piedra. Torkel Olausson.Pilane. Foto R.Puig.

Atencion a la caida de la piedra. Torkel Olausson.Pilane. Foto R.Puig.

En la isla, por pequeños caminos se puede acceder a algún badplats donde, pues no hay ya nadie, en el agua sólo me zambullo yo.

Balsa de baño isla de Tjorn. Foto R.Puig.

Balsa de baño en la isla de Tjorn. Foto R.Puig.

No muy lejos hay unos caballos que, sin hacerme ni caso, parecen emular con su quietud a las obras de Pilane. La vaca y su ternero son los únicos que alzan la cabeza al verme pasar.

Caballos meditabundos en Tjorn. Foto R.Puig.

Caballos meditabundos en Tjörn. Foto R.Puig.

Ternero con mama vaca en Tjorn. Foto R.Puig.

Ternero con mama vaca en Tjörn. Foto R.Puig.

Ya de vuelta, en Gotemburgo la luz está cayendo sobre la ría.

Vista desde el Alvsbron Gotemburgo. Foto R.Puig.

Vista desde el Älvsbron Gotemburgo. Foto R.Puig.

En el puente hay que tener paciencia, pues el tramo levadizo está abierto.

Apertura del puente levadizo sobre la ría de Gotemburgo. Foto R.Puig.

Apertura del puente levadizo sobre la ría de Gotemburgo. Foto R.Puig.

Se tiene que dejar pasar a un carguero maltés que enfila en dirección a la bocana.

Tras pasar el puente levadizo sobre la ría de Gotemburgo. Foto R.Puig

Tras pasar bajo el puente levadizo sobre la ría de Gotemburgo. Foto R.Puig

Desde el lado de Sannegårdshamnen la tarde invita a la meditación, los altos de la ciudad parece que también presintieran el otoño.

Vista de Gotemburgo desde Sannegardshamnen. Foto R.Puig.

Vista de Gotemburgo desde Sannegårdshamnen Foto R.Puig.

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Para saber algo más sobre los autores de las esculturas de Pilane:

Per Agélli: http://www.peragelii.se/   http://peragelii.blogspot.se/2013/07/mushroom-hill.html

Karl Chilcott: http://www.ileart-sculptures.com/karlchilcott.html

Johan Eyssen: http://happychoppers.se/?page_id=53

Tony Cragg: http://es.wikipedia.org/wiki/Tony_Cragg

Rolf Allan: http://sv.wikipedia.org/wiki/Rolf_Allan_H%C3%A5kanson

Jan Järlehed: http://www.jarlehed.se/jan-jarlehed/bilder-pa-mina-skap/?pxs=18

Claes Hake: http://sv.wikipedia.org/wiki/Claes_Hake

 

 


Ambigüedad de noviembre, noticias del premio Hasselblad 2013 y un tercer asunto

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Noviembre a la vera del canal. Foto R.Puig.

Noviembre a la vera del canal. Foto R.Puig.

En estas semanas pre-invernales

La luz del sol es cada vez más oblicua. Unos días cambiantes marcan el inflexible tránsito hacia el invierno escandinavo.

Pueden ser dulces e invitar al vagabundeo  junto a los canales y por las plazas.

Pueden ser grises e inadvertidamente guiar nuestros pasos hacia el museo.

Pueden ser narcóticos y recluirnos en la butaca con un libro y muchos recuerdos.

Este tiempo de noviembre ni es otoño ni es invierno y nuestras sensaciones están divididas. ¿Serán privilegios de jubilado?  El caso es que ya desde temprano, tras caerme de la cama y según se presente el aire, según se muestre el cielo, he de tomar decisiones. Y no será el espejo cruel el que me ayude.

Ambiguas sensaciones. Foto R.Puig

Ambiguas sensaciones. Foto R.Puig

Uno de estos días decidió por mí y me llevó al Museo de Bellas Artes de Gotemburgo

Exposición de Joan Fontcuberta (Premio Hasselblad 2013)

Sería imposible resumir aquí la exposición, muy adecuada para este mes ambiguo, de Joan Fontcuberta (Barcelona 1955). Se perdona que las salas de la Fundación Hasselblad lo presenten como un artista conceptual. Opino que todo buen creador ha sido siempre conceptual desde los albores de la creación artística. Pero esta es otra batalla. Será por hoy otra de las ironías de noviembre, pues de fina ironía nos habla también la obra del fotógrafo de Barcelona. Tomémoslo como una concesión a la plaga conceptual que nos afecta desde los tiempos en que Marcel Duchamp decidió tomar el pelo al mercado del arte.

El caso es que Fontcuberta no nos toma el pelo, salvo por los pelos de la serie Fauna, recopilación basada en los trabajos del teratólogo y zoologo alemán Peter Ameisenhaufen (1895-1955).Este fabricante de ilusiones faunísticas fue contemporáneo de los debates sobre la evolución de las especies, el surrealismo y, last but not least, la moda de los ready made.

Centaurus Neardentalensis. Fauna de Joan Fontcuberta. Foto R.Puig.

Centaurus Neardentalensis. Fauna de Ameisenhaufen, Fontcuberta y Formiguera. Foto R.Puig.

Sus animales anómalos son una muestra de la habilidad del taxidermista para juntar trozos de bichos rellenos de paja y cubiertos de pelos o plumas. Esta colección de imágenes, híbridos disecados y testimonios documentales, es el fruto de un trabajo lleno de ironía de Joan Fontcuberta y Pere Formiguera.

Las comprensibles manías faunísticas de la recopilación del fotógrafo español y catalán, me resultan simpáticas y meritorias, sobre todo por el retorno a las composiciones fotográficas del alemán y por las vitrinas de frankesteins  que contiene.

Myodorifera Colubercauda. Fauna de Joan Fontcuberta. Foto R.Puig.

Myodorifera Colubercauda.  Fauna de Ameisenhaufen, Fontcuberta y Formiguera. Foto R.Puig.

Pero, como he dicho, no puedo extenderme por las otras secciones, no menos surrealistas, de la exposición. Una de ellas recoge información sobre los hydropithecus fósiles (nuestros ancestros sirena) que el febril presbítero Jean Fontana descubrió en los Alpes franceses en los años cuarenta del siglo XX  y de los que la exposición presenta un vídeo, un poco revenido,  o los estupendos trabajos fotográficos de Fontcuberta sobre el Cosmos en su serie Constelaciones.

A mi modo de ver, lo mejor de la exposición son sus Orogénesis; aunque eché de menos que las cartelas, además de reflejar, como lo hacen, sus fuentes de inspiración (la Sainte Victoire de Cezanne por ejemplo), recogiesen también la localización geográfica de los paisajes fotografiados.

Anecdóticos, aunque atractivos, son los enigmas de la política espacial soviética y los misterios del Soyuz 2, su cosmonáuta y su cosmoperro, que, según nos cuenta la exposición, se volatilizaron en el espacio bajo los efectos del vodka. Fontcuberta les rinde tributo con grandes y solemnes reproducciones.

Pero sería más completo venirse a Gotemburgo a ver todo esto. Si no me equivoco se trata del primer español que recibe el Premio Hasselblad, posiblemente el más prestigioso del mundo de la fotografía. El galardón se otorga anualmente desde 1980: http://www.hasselbladfoundation.org/collection/en/

Erectus pseudospinosus. Herbarium fotografico de Joan  Fontcuberta.1982.

Erectus pseudospinosus. Herbarium fotografico de Joan Fontcuberta.1982

He dejado para el final otra de las series expuestas, el Herbarium, una colección de hermosas fotografías minimalistas e irónico-botánicas, con las que Fontcuberta rinde homenaje a la obra de  Karl Blossfelds (1865-1932), publicada en 1928, en la que el fotógrafo y botánico alemán ilustraba la naturaleza real de los motivos vegetales del Art Nouveau.

Giliandeia escoliforcea. Herbarium fotografico de Joan  Fontcuberta.1982.

Giliandeia escoliforcea. Herbarium fotografico de Joan Fontcuberta.1982.

Entre los varios méritos enumerados en el folleto de la muestra  a Joan Fontcuberta le han otorgado el Premio Hasselblad 2013 por importantes motivos:

… por sus innovadoras investigaciones en el campo de la fotografía y la relación que esta tiene con la verdad, a través de narrativas fotográficas que unen las fronteras entre el hecho y la ficción. Su constante cuestionamiento de los que se consideran conocimientos autorizados establece un valioso método de explorar tanto la fotografía de la naturaleza como la naturaleza de la fotografía

Así pues, Victor Hasselblad  (1906-1978) se sigue mereciendo las flores que anónimos fotógrafos depositan en las manos de su figura en bronce, que le recuerda cerca de las escaleras del Museo de Arte de Gotemburgo.

Victor Hasselblad por Ulf Celen y Eino Hanski. Foto R.Puig.

Victor Hasselblad por Ulf Celèn y Eino Hanski. Foto R.Puig.

Es en esta sede donde, muy adecuadamente, la Fundación que lleva su nombre tiene las exposiciones y mantiene sus archivos, abiertos a los investigadores y amantes de este inagotable y siempre renovado arte de la Fotografía.

El tercer asunto

Algunos de estos días grises que se prestan al retiro me llevaron a abrir las páginas de un libro y a latitudes más soleadas, pues en tierras de Bolivia  se desarrolla  la primera novela de un amigo, condiscípulo de lejanos estudios compartidos, publicada hace cinco años. Así es la vida, nos separa de los compañeros y muchos años más tarde nos reúne a través de unas páginas.

Entre las orillas de la ría de Göteborg  y la cuenca amazónica del Beni un puente invisible trasiega nuestras historias.

Carlos Garcia Tornel. El tercer asunto. Ed.Gente comun. La Paz, 2008.

Carlos Garcia Tornel. El tercer asunto. Editorial Gente común. La Paz, 2008.

El escenario son en su mayor parte las cálidas regiones del oriente boliviano. Con tesón quijotesco su autor salió airoso de una narración de intrigas y amores en la tierra que le adoptó hace años. Me ha dicho que, si la escribiese ahora, lo haría de otro modo. Cuando se sigue escribiendo y publicando siempre vienen ganas de revisar la opera prima. Los autores casi siempre piensan así. Escritores o no, nos suele pasar a todos con las primeras obras de nuestra vida. Pasados los años, ya no nos bañamos en el mismo río.

El rio Beni entre Rurrenabaque y San Buenaventura . Foto R.Puig

El río Beni entre Rurrenabaque y San Buenaventura . Foto R.Puig

Pero, más allá de la metáfora (atribuida a Heráclito), la corriente verdadera en la que una parte de la novela de Carlos García Tornel se baña, es la del río Beni. En su obra destaca su amor a esa región boliviana y a las gentes que viven en ella, retratados en las vicisitudes y los numerosos detalles que este documento-ficción desgrana a lo largo de un rocambolesco suspense.

Que su protagonista catalán, Jordi, sin pretenderlo frustre la secesión de los departamentos orientales de Bolivia, aunque su padre, Jaume, catalán suavemente independentista, sea el director en el país de una multinacional española de los hidrocarburos y esté implicado en una maquinación internacional que promueve la  secesión, no deja de tener su carga de ironía, no sé si retrospectiva o prospectiva.

Rurrenabaque. Foto R.Puig.

Junto a las orillas del Beni en Rurrenabaque. Foto R.Puig.

En cualquier caso, en esta peripecia no todos los parecidos con la realidad son pura coincidencia.

El autor ha publicado también: Cuentos indecentes, cuentos inocentes, La Paz, Editorial Gente común, 2010  y  Muertos por encima de toda sospecha, La Paz, Editorial Autodeterminación Noviembre 2012 (en mi me mesa de lecturas pendientes).

Final campestre

Ya que hoy hemos estado en el museo, acabaré con el detalle de uno de los cuadros de la donación de la familia de Gustaf Werner (1859-1948), que se expone actualmente en sus salas.

Per Ekström. Granja al atardecer. Detalle. Coleccion Werner Villa. Museo de Arte de Gotemburgo.

Per Ekström. Granja al atardecer. Detalle. Coleccion Werner Villa. Museo de Arte de Gotemburgo.

La visión de esta granja y su sol moribundo, en el atardecer de un lejano día de fines del siglo XIX en Öland, parecen rescaldarnos un poco, a pesar de los vientos del Báltico que seguramente la batían.

En esos parajes vivió y pintó desde 1890 hasta su muerte el artista sueco, formado en Francia, Per Ekström (1844-1935).


Entre Benitatxell y Madrid: de los almendros y el vino a las águilas del Prado

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Primicia floral de los almendros de Benitatxell. Foto R.Puig

Primicia floral de los almendros de Benitatxell. Foto R.Puig

El Arte es variopinto y en el caso de hoy no tiene usted, amigo lector, que pagar IVA. Mis fotos las doy gratis y los almendros florecen en enero por los bancales de Benitatxell, sin que ministro alguno pueda tasar sus flores. Además, por el momento, la puesta de sol sobre el Peñón de Ifach está libre de impuestos.

Primeras flores de los almendros de Benitatxell. Foto R.Puig

Primeras flores de los almendros de Benitatxell. Foto R.Puig

Sentado con mis amigos, al calor de la veranda, la conversación es dulce, como las mistelas de La Marina.

Fue con Pepa y Miquel y con su familia y amigos, con quienes aprendimos en el otoño de 2012 cómo se pasa de la uva al mosto. Fue materia de la crónica del 11 de octubre de ese año.

Uvas de Benitatxell. Foto R.Puig

Uvas de Benitatxell. Foto R.Puig

Ahora, de aquellos capazos llenos de uva…

Mosto en la cuba. Benitatxell. Foto. R. Puig

Mosto en la cuba. Benitatxell. Foto. R. Puig

que dieron aquel mosto

Benitatxell. El fruto de la vendimia del año anterior. Foto R.Puig

Benitatxell. El fruto de la vendimia del año anterior. Foto R.Puig

mis amigos han producido un vino artesanal excelente y áspero, valiente y aromático.

Ya no se ven los almendros. Se ha hecho de noche, me despido y vuelvo a casa con varias botellas y con algún kilo de las mejores mandarinas del mundo. De Benitatxell nunca me voy de vacío.

Águilas en el Museo del Prado

Ayer, en Madrid, abrimos la botella y el calor del vino redondeó el final de una jornada en el Museo del Prado, en la exposición dedicada a aquellos gigantes castigados por los dioses, Ticio, Prometeo, Ícaro e Ixias, cuyos tormentos fueron inmortalizados por Tiziano y por los artistas del Barroco. Eso sí, precedidos por Miguel Ángel y por los modelos anatómicos de la escultura helenística.

Ticio y el aguila. Hendrick Golzius. Detalle. Museo Frans Hals. Haarlem.

Ticio y el águila. Hendrick Golzius. Detalle. Museo Frans Hals. Haarlem.

Me estoy refiriendo a la fantástica exposición “Las Furias. Alegoría política y desafío artístico”.

https://www.museodelprado.es/exposiciones/info/en-el-museo/las-furias-alegoria-politica-y-desafia-artistico/exposicion/

No seré yo quien remede lo que ya se explica en la página de la web del Prado y, por supuesto en el magnífico catálogo que firma el comisario de la exposición, Miguel Falomir. Si alguna pega puedo poner es la de la iluminación, en una penumbra que el claroscuro de los cuadros no necesita y que, además, dificulta la lectura de unas cartelas, ya de por sí tacañas, que parecen diseñadas para tortura de los présbites, pues para leerlas hace falta una vista de águla.

Prometeo bajo las garras del águila. Rubens y Frans Snyders. Detalle. Museo de Filadelfia.

Prometeo bajo las garras del águila. Rubens y Frans Snyders. Detalle. Museo de Filadelfia.

Me limito a recoger, en una selección de imágenes de los cuadros expuestos, la figura del águila de Júpiter, torturadora de Prometeo y de Ticio y mítico instrumento de castigo contra rebeldes y osados invasores del Olimpo.

El aguila y Prometeo. Jacob Jordaens.Detalle.Museo Wallraf Richartz. Colonia.

El águila y Prometeo. Jacob Jordaens.Detalle.Museo Wallraf Richartz. Colonia.

Ya la describía Erasmo, inspirado por Plinio y Aristóteles, como el símbolo de la crueldad despótica y de la arbitrariedad de los monarcas absolutos:

…pongamos que un fisonomista no del todo inepto observe con detenimiento el rostro y el pico del águila: ojos ávidos y perversos, rictus amenazador, cuencas oculares truculentas, frente torva y, finalmente, el perfil ganchudo que Ciro, rey de los Persas, encontraba tan atractivo en un príncipe. ¿No reconocerá inmediatamente la imagen magnífica de la realeza, desbordante de majestad? A ello se añade un color de por sí funesto, tétrico y de mal augurio, de sombría y sucia negrura. Por eso a lo que es sombrío y tirando a negro lo llamamos “aquilus”. Viene a continuación esa voz desagradable, terrible, descorazonadora y aquel grito, entre amenazador y lastimero, que estremece a todos los seres vivientes. Se trata de una señal que reconocerá enseguida, aunque se emita entre bromas, todo el que haya experimentado, o simplemente observado, lo temibles que son las amenazas principescas y cómo tiemblan todos siempre que la voz del águila resuena de este modo

…..

…al grito estridente del águila el pueblo entero es presa de repentino pavor, el senado se achanta, la nobleza inclina la cerviz, los magistrados se tornan complacientes, los teólogos callan, los jurisconsultos proclaman su acuerdo, las leyes retroceden, las instituciones se rinden: nada hay que valga, ni la ley divina ni la religión, ni la justicia ni la humanidad. A pesar de que haya tantos pájaros no exentos de elocuencia, de que sean tantas las aves canoras y las especies dotadas de gritos y de cantos variados, con melodías que incluso pueden conmover las piedras, es no obstante el solitario estridor del águila, áspero y apenas musical, el que se sobrepone a todos

Erasmo de Rotterdam. “El escarabajo acecha al águila”, en Adagios del poder y de la guerra y Teoría del adagio. Traducción y edición de Ramón Puig de la Bellacasa, Madrid, Alianza Editorial 2008.

La denigrada rapaz no contaba entonces con un defensor como Rodríguez de la Fuente para ser vista más positivamente. Yo, en cualquier caso, de esta visita al Museo del Prado me quedo con esas garras y esos picos que escarban en las carnes de los gigantes. Ese encarnizamiento tan crudamente representado evoca otros más actuales.

De todas las imágenes del águila en las obras de la exposición la mejor, a mi modo de ver, es la de Frans Snyders, el especialista de la factoría de Rubens para la pintura de animales. No en vano el cuadro de Prometeo torturado está reconocido como la obra de ambos. Y la que hemos visto antes en el cuadro de Jordaens es exactamente la misma, aunque para esa obra curiosamente no se cite la autoría de Snyders.

El aguila y Prometeo. Rubens y Frans Snyders. Detalle. Museo de Filadelfia.

El águila y Prometeo. Rubens y Frans Snyders. Detalle. Museo de Filadelfia.

Si se piensa en que una de las piezas de la exposición es una moneda de plata, acuñada en honor de Carlos V, que presenta en su anverso la imagen del emperador coronado como un césar, y en su reverso los gigantes fulminados por Júpiter, con el águila como jefe de torturas, se entenderá por qué Erasmo había fustigado el despotismo imperial en su comentario al adagio Scarabeus aquilam quaerit (El escarabajo acecha al águila), una especie de canto a la, por entonces imposible, sociedad republicana.

Por varios siglos más seguirían los príncipes cebándose en las entraña de sus súbditos, antes de que se lleguen a consolidar los primeros derechos republicanos.

El aguila y Prometeo. Theodoor Rombouts. Detalle.Museos Reales de Bellas Artes. Bruselas.

El águila y Prometeo. Theodoor Rombouts. Detalle.Museos Reales de Bellas Artes. Bruselas.


Entre Madrid y Els Poblets

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La sierra de Guadarrama desde el Círculo de Bellas Artes. Foto R.Puig

La sierra de Guadarrama desde el Círculo de Bellas Artes. Foto R.Puig

Por la crónica anterior, quedaba claro que he estado unos día en Madrid.

Así es, durante el mes de enero he andado de aquí para allá. Dejé Gotemburgo bajo los primeros conatos de una nevada que sobre todo se hizo notar en el aeropuerto.

Asi estaba el aeropuerto de Gotemburgo el 14 de enero del 2014.Foto R.Puig

Así estaba el aeropuerto de Gotemburgo el 14 de enero del 2014.Foto R.Puig

Cuando escribo esto la nieve ya se ha instalado allí, pero, por lo que me concierne, salvo cuando hace unos días volvía de Madrid y el tren atravesó una fuerte nevada a su paso por Cuenca, o al divisarla sobre las cumbres de Guadarrama, este año no me he medido aún con ella.

Cerca del límite con Valencia, el paisaje se carga con nubes de tormenta

Campos de Castilla La Mancha desde el tren. Enero 2014.Foto R.Puig

Campos de Castilla-La Mancha desde el tren. Enero 2014.Foto R.Puig

y la luz derrama magia sobre unos campos transidos de frío.

En Madrid subí por primera vez a la terraza del Círculo de Bellas Artes.

Popurri madrileño. Desde la terraza del Circulo de Bellas Artes.Enero 2014.Foto R.Puig

Popurrí madrileño. Desde la terraza del Circulo de Bellas Artes.Enero 2014.Foto R.Puig

Plácidos turistas tomaban el sol en las tumbonas y un cielo nítido, el que siempre caracterizó a la capital de España y que a veces nos sigue regalando el esplendor de sus inviernos, permitía alargar la vista hasta los montes de Toledo y ofrecía esas arquitecturas que Antonio López ha retratado tan concienzudamente.

La Minerva de Vassallo. Terraza del Circulo de Bellas Artes. Madrid. Foto R.Puig

La Minerva de Vassallo. Terraza del Círculo de Bellas Artes. Madrid. Foto R.Puig

Todo ello presidido por Minerva

Faetón contempla Madrid. Escultura de los dos aurigas.Higinio de Basterra. Foto R.Puig

Faetón contempla Madrid (uno de los dos aurigas de Higinio de Basterra). Foto R.Puig

y por Faetón.

El edificio de la Telefónica también ha presidido tanto nuestros años más trágicos como nuestras décadas más bulliciosas.

El edificio de Telefónica desde el Círculo de Bellas Artes. Foto R.Puig

El edificio de Telefónica desde el Círculo de Bellas Artes. Foto R.Puig

Me pregunto si su reloj funcionó siempre, incluso cuando era blanco de bombardeos y cañonazos.

¿Qué hora sonará en adelante para España?

Una hora para España. Foto R.Puig

Una hora para España. Foto R.Puig

Por el momento, en el barrio de Chamberí, hay quien ofrece todo tipo de curas para los agobiados.

Curas para todo. Madrid. Enero 2014. Foto R.Puig

Curas para todo. Madrid. Enero 2014. Foto R.Puig

Antes de dejar Madrid descubro, durante un paseo campestre con amigos por un rincón de la provincia, que, aunque de aguas más o menos limpias, en sus ríos todavía se pueden visitar cascadas.

Cascada del rio Guadalix. Foto R.Puig

Cascada en el río Guadalix. Foto R.Puig

Antes de volver a la Marina Alta y junto a la plaza de toros de las Ventas me topo con un recuerdo de otros tiempos, el monumento dedicado por los toreros al descubridor de la penicilina.

Monumento de los toreros al Dr.Fleming. Madrid. Foto R.Puig

Monumento de los toreros al Dr.Fleming. Madrid. Foto R.Puig

Algunos de ellos se salvaron gracias a Fleming.

A los toros no les hizo falta.

De regreso en Els Poblets

Els Poblets.Enero 2014.Foto R.Puig

Els Poblets. Enero 2014.Foto R.Puig

Por San Antón, hisopo en mano, el párroco bendice a los animales frente al mar

San Anton con su lechon. Foto R.Puig

San Antón con su lechón. Foto R.Puig

Perrito, cura y monaguillo. Foto R.Puig

Perrito, cura y monaguillo. Foto R.Puig

Durante la tradicional bendición de los animales, la estrella de este año ha sido la gran tortuga del veterinario

Tortuga bendita. Foto R.Puig

Tortuga bendita. Foto R.Puig

Y, como todos los años, los jinetes lucieron sus caballos antes de hacerse purificar con agua bendita

Airosos. Foto R.Puig

Airosos. Foto R.Puig

Diestros. Foto R.Puig

Diestros. Foto R.Puig

Mientras tanto, como he preparado una fideuá, con este aromático final me despido por hoy

He cocinado fideua. Enero 2014.Foto R.Puig.

He cocinado fideuá. Enero 2014.Foto R.Puig.


Pilane: escultura y divertimento campestre

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Visitantes. Pilane 2014.  Foto R.Puig

Visitantes. Pilane 2014. Foto R.Puig

He paseado por las praderas y sobre las rocas de Pilane en busca de las esculturas que cada año son sabiamente instaladas en estos campos de la costa occidental de Suecia. Y, no crean que deliraba,  la visita la hice en compañía de Immanuel Kant. Tan es así que, durante todo el recorrido desde Gotemburgo, disertó sin descanso sobre  la oposición entre la obra de arte (que tiene por objetivo la belleza perseguida y razonada libremente) y el efecto de lo bello en la naturaleza; entre el pensamiento que dirige la creación artística y unas armonías que son independientes del hacer humano.

Dijo muchas más cosas, pero eso es lo que ahora recuerdo.

No obstante, tras aparcar la furgoneta, descendió dócilmente de las cimas de su metafísica del juicio estético y, dejando de lado su universo rococó, se calzó unas botas de guardabosque para, acto seguido, acompañarme en mi paseo entre los caprichos escultóricos de Pilane.

La hermosura del día radiante de fin de verano en la isla de Tjörn que nos tocó en suerte sacó a Immanuel de sus cavilaciones, al menos por unas horas De repente estaba totalmente relajado y de buen ánimo.  No sé si fueron las latas de cerveza y el bocata de salami, previos a la visita,  pero parecía dispuesto a divertirse como un niño entre juguetes nuevos.

Pilane 2014

Claro que, nada más empezar,  tuve que explicarle al filósofo de Königsberg lo que son unas señales de tráfico y un paso de cebra.

Liberados. Jan Järlehed. Suecia. Pilane 2014. Foto R.Puig

Liberados. Jan Järlehed. Suecia. Pilane 2014. Foto R.Puig

Lo del sonajero gigante de Brío fue un poco más difícil, por la similitud que tiene con las jaulas, claro que con menos colores, que usaban algunos absolutistas prusianos para poner en la picota a los delincuentes y disidentes.

Recuerdo. Jan Järlehed. Suecia. Pilane 2014. Foto R.Puig

Recuerdo. Jan Järlehed. Suecia. Pilane 2014. Foto R.Puig

Menos mal que cerca había unas ovejas de lo más común. Aunque sospecho que Kant era más dado a analizar el concepto de cordero que a tocar su lana y dudo que en su infancia le llevasen a la granja escuela.

Ovejas junto a las sillas elefante de Ylva Kullenberg.Suecia. Pilane 2014. Foto R.Puig

Ovejas junto a las sillas elefante de Ylva Kullenberg.Suecia. Pilane 2014. Foto R.Puig

Pero, en fin, demos por supuesto que tuvo que ver ovejas por las calles de su ciudad natal, dado que yo mismo vi circular los rebaños por el paseo de la Castellana de Madrid dos siglos más tarde.

¿Y elefantes? Esos seguro que los debió de ver en los tratados de zoología que no debieron de faltar en su biblioteca de la universidad.

Sillas elefante. Ylva Kullenberg.Suecia. Pilane 2014.  Foto R.Puig

Sillas elefante. Ylva Kullenberg.Suecia. Pilane 2014. Foto R.Puig

Nos sentamos en estas butacas-elefante para tomarnos un respiro.  No quiero bajar la guardia no sea que se me ponga malo. Así que le observo por el rabillo del ojo. Me parece que está pensando en quitarse la peluca.

Finalmente, lo ha hecho. ¡Se ha guardado la blanca peluca dieciochesca en el bolsillo de su levita! Puede que la visión del mono sudoroso y pensativo  (rodin simiesco) le haya quitado la vergüenza, observo que es bastante calvo.

Monkey. Laura Ford. GranBretaña.Bronce. Pilane 2014. Foto R.Puig

Monkey. Laura Ford. GranBretaña.Bronce. Pilane 2014. Foto R.Puig

Ahora nos estamos acercando a una escultura titulada Los días del juicio. ¡Kant ríe a la vista de estos reflexivos híbridos que dan vueltas y vueltas por la pradera! ¡Caigo en la cuenta! ¡Es evidente que estamos ante una obra de profundo sentido kantiano!

¡No! He de decir a los responsables de la exposición que la obra, digan lo que digan, no se refiere al juicio final. A lo que se refiere es a ese círculo interminable al que nuestra facultad de juzgar nos obliga sin descanso, como borricos de una noria.

Días de juicio. Laura Ford. GranBretaña. Bronce.  Pilane 2014. Foto R.Puig

Días de juicio. Laura Ford. GranBretaña. Bronce. Pilane 2014. Foto R.Puig

Pero -no salgo de sorpresas- lo que en realidad parece hacerle gracia a Immanuel no es el carácter metafísico de nuestro destino… Mientras mastica unos cacahuetes que le ofrecí cuando estábamos con la escultura del mono, me dice:

Son como los académicos de Königsberg cuando nos atormenta una pregunta filosófica

Tras esta delicada confidencia nos sentimos como viejos compinches ¡aquí al sol, a la luz y al aire de los campos de Pilane!

Autorretrato de una turbulencia interior.  Jacob Dahlgren. Suecia. Acero. Pilane 2014. Foto R.Puig

Autorretrato de una turbulencia interior. Jacob Dahlgren. Suecia. Acero. Pilane 2014. Foto R.Puig

Así que, antes de brincar hacia la roca donde se alza un gran chupa-chups amarillo, me pide que le sujete un momento la mochila para quitarse la levita.

¡Kant se me ha quedado en tirantes!  ¡Sí señor, este es mi filósofo!

¿Al fin y al cabo que tendría de malo que cuando escribía su Crítica de la facultad de juzgar lo hubiese hecho en calzoncillos (largos)?

En la subida nos detenemos bajo la sombra de un tiburón cuyas facetas cambian de color y de reflejos.  Mientras damos vueltas a su alrededor tengo que explicarle a mi amigo de toda la vida lo que es el acero inoxidable. Insisto en que, aunque parezca hecho de espejos, el tiburón no es en absoluto de vidrio.

Tiburón.  Xavier Veilhan. Francia. Acero inoxidable. Pilane 2014.  Foto R.Puig

Tiburón. Xavier Veilhan. Francia. Acero inoxidable. Pilane 2014. Foto R.Puig

No está demasiado convencido, así que da unos saltitos para intentar tocarlo, pero no lo consigue. Me parece que no está en forma. ¡Demasiado trabajo sedentario!

¡Por fin hemos llegado a la esfera amarilla! Esta también es de acero pero esmaltado!

Autorretrato de una turbulencia interior.  Jacob Dahlgren.  Suecia.  Acero. Pilane 2014. Foto R.Puig

Autorretrato de una turbulencia interior. Jacob Dahlgren. Suecia. Acero. Pilane 2014. Foto R.Puig

Exclama:

¡Me gusta! ¡Me gusta!

Pero de repente, cae en la cuenta de lo que acaba de decir y murmura:

Claro que eso del gusto es un afrancesamiento… Los filósofos alemanes, yo en particular, sostenemos que para comprender el arte hay que dejarse de frivolidades y profundizar, profundizar, sí, profundizar…

¡La clave está en el juicio, en la subjetividad del juicio estético que, no obstante, es de validez universal…

Yo le miro preocupado pues parece que ha vuelto a las andadas, aunque, bien mirado, me da la impresión de que ha pillado una insolación. Así que recupero la peluca y se la encasqueto de nuevo sobre la calva, mientras le tiendo una botella de agua mineral.

¡Uff! He logrado parar la crisis,  justo cuando acabamos de llegar a las planchas de colorines de la escultura más elevada.

Rectangulos horizontales y la conciencia de la perfeccion.  Jacob Dahlgren.  Suecia. Aluminio lacado. Pilane 2014. Foto R.Puig

Rectangulos horizontales y la conciencia de la perfeccion. Jacob Dahlgren. Suecia. Aluminio lacado. Pilane 2014. Foto R.Puig

El aire del mar que corre por aquí arriba le está haciendo bien. ¡Menuda responsabilidad la que me ha caído! ¡El futuro de la Filosofía moderna depende de mí!

¡Sobre todo que no vaya a dar un traspiés!

Por la pasarela. Pilane 2014.  Foto R.Puig

Por la pasarela. Pilane 2014. Foto R.Puig

En el descenso se empeña en acomodarse un rato en la butaca de bronce que amuebla el estanque entre las rocas.

Rincon de lectura. Claes Hake. Suecia. Bronce y plástico. Pilane 2014.  Foto R.Puig

Rincon de lectura. Claes Hake. Suecia. Bronce y plástico. Pilane 2014. Foto R.Puig

Me siento a su lado y nos tomamos un bocadillo de queso de oveja con tomate para alejar los pensamientos abstrusos.

Abajo percibimos una estructura abstracta de cables blancos, algo así como un cruce de pentagramas de rayas y rayos que invita a declamar el do re mi.  ¡Me parece que está silbando por lo bajini una marcha prusiana!

Rayas. Xavier Veilhan. Francia. Acero inoxidable.  Pilane 2014.  Foto R.Puig

Rayas. Xavier Veilhan. Francia. Acero inoxidable. Pilane 2014. Foto R.Puig

Es buena señal. Definitivamente me parece que el autor de la Crítica de la razón pura se ha identificado ya con este lugar, donde la libertad creativa del juego escultórico contemporáneo se combina con la belleza irracional de una naturaleza sin aprioris.

¡Se está divirtiendo!

Cuando llegamos al amasijo verde intestino de uno de los escultores habituales de Pilane, Kant se para pensativo y me dice:

¿Podrías sacarle una foto? Quiero llevársela a Federico Guillermo. Creo que le va a gustar.

Para una vez que salgo de viaje, si vuelvo sin algún recuerdo se puede poner chinche. Ya sabes que cuando le da por censurar a los ilustrados…

¡A ver si así me deja escribir lo que me dé la gana!

Yo, naturalmente, tiro de cámara y le respondo:

¡Eso está hecho!

Así que ésta es la foto que se llevó Immanuel a Königsberg para dársela a su káiser, la de la escultura más rococó de todo el parque

Versus. Tony Cragg. GranBretaña. Bronce.  Pilane 2014. Foto R.Puig

Versus. Tony Cragg. GranBretaña. Bronce. Pilane 2014. Foto R.Puig

¿No me creen? ¿Tengo que jurarlo por los muertos de Pilane?

Nada más fácil porque sin darnos cuenta estamos frente a los monolitos dispuestos en círculos  que señalan el emplazamiento de numerosas  tumbas colectivas que datan de la Edad del Hierro.

Enterramientos circulares. Pilane.  Foto R.Puig

Enterramientos circulares. Pilane. Foto R.Puig

Pero no quiero detenerme, si nos paramos aquí se va a poner de nuevo en tesitura metafísica. Así que le tiro de la levita y lo alejo de las tumbas.

Bedtime Boy.  Laura Ford. GranBretaña.Bronce. Pilane 2014. Foto R.Puig

Bedtime Boy. Laura Ford. GranBretaña.Bronce. Pilane 2014. Foto R.Puig

Acelero también el  paso frente a la escultura del alienígena en bata y pijama no sea que se me ponga de nuevo meditativo

Pero lo que le despierta de verdad es una conversación que sorprendemos entre una  bella y una oveja.  ¡Sí! ¡Una rubia visitante está tratando de convencer a una lanuda ovina de que se haga un selfie con ella!

¿Y qué me dice Kant mientras observa la escena? Transcribo nuestra conversación:

Immanuel: Es bello todo lo que sin concepto reconocemos como objeto de una satisfacción necesaria

Yo: ¿Qué me quieres decir maestro?

Immanuel: Ya veo que no tienes una mente metafísica.  Te lo simplifico para que me entiendas.  Lo que quiero decirte es que en el arte el entendimiento está al servicio de la imaginación

Para mis adentros pienso que en este caso no es el arte lo que le interesa. Todos estos circunloquios son para confesarme que quiere una instantánea de la bella turista en conversación con la oveja

Aquí he de pedir permiso a la chica para tomar la foto que me pide Kant.

La joven me mira extrañada cuando le presento al filósofo (¡resulta que es estudiante de Filosofía!). Aprensiva, le da la mano a Immanuel y accede a que le tome la foto para nos vayamos pronto,  no sea que resultemos ser unos locos peligrosos (sobre todo el de la peluca y los tirantes rococó)

Conversacion. Pilane 2014.  Foto R.Puig

Conversacion. Pilane 2014. Foto R.Puig


Historia de una playa (y III): mirando hacia el futuro

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Dedicado a Jesús Chover

En la playa de entonces. Foto Chover

En la playa de la Almadraba a finales de los años setenta. Foto Chover

El anterior capítulo de esta historia sin pretensiones se terminaba con algunas fotos de los años 60 del siglo pasado (¡qué raros nos sentimos al aludir así al siglo XX!).

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Tradición

El entorno humano de la playa de la Almadraba no ha variado mucho desde entonces. Aquí no ha habido explosiones urbanísticas ni proliferación de altos edificios. Los niños que jugaban en ella en los años 70 y 80 son adultos y siguen viniendo a las orillas en donde crecieron y quienes en ella pescan o bucean aprendieron a hacerlo con sus padres.

Por aquellos años. Foto Chover

Por aquellos años. Foto Chover

La playa de los niños. Foto Chover

La playa de los niños. Foto Chover

Algunos que por entonces fueron jóvenes enfundan de vez en cuando sus pantalones de caucho y salen temprano por la punta de la playa a buscar pulpos como ya lo hacían entonces.

Pesca del pulpo. Foto R.Puig

Pesca del pulpo. Foto R.Puig

Los pescadores de Els Poblets y de otros pueblos cercanos siguen plantando la caña durante horas en la orilla, con la esperanza de que pique algún pez de buen tamaño.

Aguardando a que piquen. Foto R.Puig

Aguardando a que piquen. Foto R.Puig

En todo caso se pasa el rato. Con frecuencia es toda la familia, con merienda-cena y naipes, la que pasa la tarde y hasta parte de la noche frente al mar,  mientras con el rabillo del ojo se vigila el esperado tensarse del sedal.

Con tanta caña alguno ha de caer. Foto R.Puig

Con tanta caña alguno ha de caer. Foto R.Puig

Por San Juan, el Ayuntamiento y las filas de moros y cristianos organizan en la explanada de la “piedra del Salvador” la cena colectiva, la tómbola, el concierto bailable para todos y el fuego ancestral.

Por San Juan merienda cena. Foto R.Puig

Por San Juan merienda cena. Foto R.Puig

En sus llamas arden simbólicamente los viejos muebles y los malos recuerdos, con la esperanza de que el verano y sus frutos nos traigan otros, nuevos y buenos.

Fogueres de San Joan. Foto R.Puig

Fogueres de San Joan. Foto R.Puig

Unos meses antes, en pleno invierno y en el mismo sitio el cura del pueblo, como representante oficial de San Antón,  ha rociado con agua bendita todo tipo de animales, incluidos los racionales, quiero decir los dueños, confiando quizás en que cuando los paseen por la playa no dejen detrás residuos sólidos.

Por San Anton hisopo y bendicion. Foto R.Puig

Por San Antón hisopo y bendicion. Foto R.Puig

Yo me quedo sobre todo con la prestancia del caballo y su jinete, orgullosos con razón de su propia estampa.

Por San Anton despues de la bendicion. Foto R.Puig

Por San Antón despues de la bendicion. Foto R.Puig

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Lucha

Temporal en la Almadraba. Foto R.Puig

Temporal en la Almadraba. Foto R.Puig

Pero la playa también pugna con el mar. Suele haber un temporal de invierno y otro de otoño. Normalmente la orilla se recupera de sus efectos por sí misma.

Mar brava. Foto R.Puig

Mar brava. Foto R.Puig

Aunque, periódicamente, la historia de la Marina Alta y de la Almadraba registran temporales más recios y de violentas consecuencias, que exigen después trabajos de rehabilitación del litoral. Así fue el de octubre del 2007.

Despues del temporal del 2007. Foto R.Puig

Despues del temporal del 2007. Foto R.Puig

Las intervenciones públicas y privadas que de un modo u otro han agravado el impacto de las llamadas “gotas frías” ya las hemos comentado en los capítulos I y II de esta crónica.

Despues del temporal del 2007.  Foto R.Puig

Después del temporal del 2007. Foto R.Puig

Tanto la Asociación de Vecinos de la Playa como el Ayuntamiento de Els Poblets han formulado sus reflexiones y exigencias para que no se repitan los errores y abusos del pasado y no se carguen sobre el respetuoso paisaje humano de esta playa las responsabilidades de las Administraciones.

Yo también amo esta playa. Foto R.Puig

Yo también amo esta playa. Foto R.Puig

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Esperanza y deseos ante el nuevo año

La playa de la Almadraba, que quienes la vivimos como algo propio y abierto a todos amamos, puede seguir siendo ese espacio privilegiado, sereno y peculiar, que millones de años de acción natural nos han legado.

La hora bruja. Foto R.Puig

La hora bruja. Foto R.Puig

Puede incluso mejorarse con el cuidado de quienes la frecuentamos y la disfrutamos y de las autoridades que legalmente han de velar por ella.

Transparencia. Foto R.Puig

Transparencia. Foto R.Puig

No tengo en mi cabeza hoy grandes ideas ni proyectos, como esos paseos marítimos de los que algunos hablan o de puertos deportivos que otros ambicionan, y de los que oigo hablar con temor y temblor.

Por ello en las cercanías del 2015 me permito y me limito a expresar algunos simples deseos:

  • Que el Ayuntamiento de Denia abandone por fin su actitud de perro del hortelano y dé una respuesta positiva a la natural y repetida petición del municipio de Els Poblets, cuya línea de costa es nuestra playa de La Almadraba, de que se le transfiera la gestión de la playa. Muchos pensamos que el mantenimiento por parte de quienes la tienen delante sería mejor que la de quienes la tienen en el extremo distante de un territorio ribereño ya de por sí muy largo.
  • Que esa minoría de paseantes de perros, felizmente en disminución (calculo que ha bajado ya a sólo un veinte por ciento de los dueños de cánidos que los traen a la playa), que todavía los dejan campar a su antojo y sin lazo, revisen su actitud despistada y, cuando acaben el paseo, hayan retirado en una bolsita las evacuaciones sólidas que el inocente animal haya dejado.
  • Que esa otra minoría, de entre los muchos que vienen a la playa a bañarse, a comer, a pescar o a beberse simplemente unas latas o botellas de refresco y tomarse un bocadillo, hagan lo mismo que les pedimos a los amos de los perros y retiren gentilmente todo recuerdo de su estancia, para que los cantos rodados de la playa, o los huecos entre las piedras de la escollera, no guarden otra memoria que la que el mar les deje.
  • Que todos aquellos que naturalmente aprecian la música como acompañamiento de sus festejos y conmemoraciones en la zona de la playa, piensen en los que disfrutan de una merecida calma junto al mar y logren gozar de sus celebraciones, pero moderando y equilibrando su pasión decibélica con el respeto debido a los demás.

Si alguno de mis lectores, motivado por el amor a esta playa, quiere formular algún otro deseo para ella, le ruego que me lo ponga en un comentario y con gusto lo añadiré a mi lista.

¡FELIZ Y PRÓSPERO AÑO NUEVO!

La calma de la tarde. Foto R.Puig

La calma de la tarde. Foto R.Puig


Algo más sobre fotos y dibujos del Perú hallados en Gotemburgo

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Sacsahuaman. Foto Manuel Scollo 1950

Sacsahuaman. Foto Manuel Scollo 1950

Para Eva

En una reciente entrada de este blog me ocupaba del libro Machu Picchu de Hermann Buse, de los dibujos de Luis Ccosi y de las instantáneas de Manuel Scollo que lo ilustraban. Asímismo me refería a mi infructuosa búsqueda de datos de este fotógrafo, nacido en Rosolini, provincia de Siracusa (Sicilia) en 1902, que, después de graduarse en Farmacia, emigró en 1925 al Perú. Veinte años  de su vida transcurrieron en Arequipa donde ejerció como pionero de la fotografía documental dejando miles de fotografías sobre la Ciudad Blanca.

A pesar de todo, la única referencia que encontré del artista, además del citado libro, fue una exposición de “Arquitectura Peruana antigua y moderna” que tuvo lugar en el Museo de Bellas Artes de Gotemburgo en 1950, en el que se encomia su film sobre los paisajes de Puno y de donde procede esta escueta información biográfica.

El catálogo incluye textos (en sueco) de dos ilustres peruanos, el historiador y antropólogo Luis Eduardo Valcárcel (1891-1987) sobre Machu Picchu y el arquitecto y escritor Hector Velarde (1898-1989) sobre la arquitectura de Arequipa

Arequipa. Portal de la iglesia de los Jesuitas. Foto Manuel Scollo 1950

Arequipa. Portal de la iglesia de los Jesuitas. Foto Manuel Scollo 1950

Pues bien, gracias a Eva Ranglin, bibliotecaria y archivera del Museo,  pude examinar el catálogo que incluye algunas de las fotografías de Scollo, más tres reproducciones de tejidos mochicas, que proceden del libro Moche (Lima, Editorial Lumen 1937) de Arturo Jiménez Borja (1908-2000) con un prólogo de Hidelbrando Castro Pozo (1890-1945), sociólogo y político indigenista.  También se enumeran las sesentaicuatro fotos de arquitectura peruana de Manuel Scollo y los demás objetos de la exposición: veintisiete piezas textiles preincaicas, diecinueve vasijas preincaicas e incaicas.

Catálogo de la exposición Del antiguo Perú en el Museo de Bellas Artes de Gotemburgo en 1950. Foto R.Puig

Catálogo de la exposición “Del antiguo Perú” en el Museo de Bellas Artes de Gotemburgo en 1950. Foto R.Puig

El volumen procede de la biblioteca de la antigua Ibero-Amerikanska Institutionen de la Universidad de Gotemburgo, donde fue catalogado el 16 de marzo de 1944. Esta obra es parte de los ricos fondos de aquel Instituto Iberoamericano, que ya no existe en cuanto tal, cuya memoria de actividades incluí en esa crónica.

Hatunrumiyoc.Cusco. Foto Manuel Scollo 1950

Hatunrumiyoc.Cusco. Foto Manuel Scollo 1950

Hoy entrevero algunas de las fotografías de Manuel Scollo que se expusieron en el Museo de Bellas Artes de Gotemburgo en 1950 y los dibujos de Arturo Jiménez Borja, quien traspasó al papel cientos de pictografías de la cerámica y los tejidos de la cultura Mochica

Dibujos y cerámicas

Me ha parecido útil combinar con los dibujos algunas fotos de las cerámicas mochicas de diversas colecciones, en las que aparecen esos motivos y pictogramas

El cautivo de guerra. Cultura Mochica. Perú 200 a 700 d.C. Dibujo Jimenez Borja

El cautivo de guerra. Cultura Mochica. Perú 100 a.C. a 700 d.C. Dibujo Aruro Jiménez Borja

Prisionero. Cultura Mochica. Berlin. Museum für Völkerkunde.

Prisionero. Cultura Mochica. Berlin. Museum für Völkerkunde.

Por desgracia, las fotos de arte textil mochica que aparecían en el libro fueron arrancadas del mismo, puede que para reproducirlas en el catálogo. Si así fue, quien lo hiciera olvidó restituir las páginas a su sitio, dejando así ese volumen, ironías del destino, desmochado.  El ejemplar que he encontrado no conserva la portada, quizás por el mismo motivo. Sólo se reproducen algunas en blanco y negro en el catálogo de Gotemburgo

Tejido Mochica. Detalle. Catálogo Exposicion de Gotemburgo en 1950

Tejido Mochica. Detalle. Catálogo Exposicion de Gotemburgo en 1950

No así los estupendos dibujos del autor, que siguen en el volumen, y sus sabrosas descripciones y comentarios sobre el significado de las pictografías y sobre la pervivencia en el distrito de Moche (provincia de Trujillo), en aquellas primeras décadas del siglo XX, de las mismas tradiciones artesanales y los mismos oficios milenarios de los mochicas.

Imagen de caminante. Cultura Mochica.Perú 200 a 700 d.C. Dibujo Arturo Jimenez Borja

Imagen de caminante. Cultura Mochica. Perú 100 a.C. a 700 d.C. Dibujo Arturo Jimenez Borja

Algo sobre Arturo Jiménez Borja

No tengo que abundar mucho sobre la persona y la obra de este descendiente del último curaca de Tacna de la que se encuentra información en la wikipedia. Nació durante la ocupación chilena de esa ciudad del extremo sur peruano, por lo que su familia se exilió en Bolivia y él hizo sus primeros estudios en el colegio de San Calixto de La Paz.

Se doctoró en Medicina y, aunque ejerció su profesión durante toda su vida en el Hospital Obrero de Lima, fue un humanista polifacético. Sus trabajos de exploración, preservación y divulgación arqueológicas sobre las culturas preincaicas de la costa del Perú sirvieron para salvar y divulgar la arquitectura de varios importantes sitios, creando museos y sirviendo con entusiasmo a la construcción de la memoria ancestral del Perú.

En la barca de totora de la costa norte del Perú hacia los años 30. Foto Giuseppe Bazzocchi

En la barca de totora de la costa norte del Perú hacia los años 30. Foto Giuseppe Bazzocchi

No fue siempre ortodoxo en sus tareas de restauración. No era un arqueólogo profesional y, con criterios actuales, se le critica que fuera demasiado espectacular en algunas de sus presentaciones públicas, sobre todo en el desenfardelamiento de momias procedentes de diversas sitios arqueológicos peruanos.

Pero, la otra cara de la moneda, es que, gracias a él, las antiguas culturas del Perú adquirieron una visibilidad internacional ante las instituciones extranjeras y los organismos culturales internacionales (como es el caso de la UNESCO). No fue siempre bien tratado ni se le agradecieron sus servicios cuando la dictadura militar en  le separó en los años 70 de sus funciones en el museo de Puruchuco que él había creado. Retomó sus actividades con el retorno de la democracia.  Fue asesinado en Lima en el año 2000 cuando había cumplido noventa años.  Según las informaciones de entonces se consideró un crimen de carácter homófobo que tuvo que ver con su orientación sexual.

Escena de guerra. Cultura Mochica. Perú 200 a 700 d.C. Dibujo de Arturo  Jimenez Borja

Escena de guerra. Cultura Mochica. Perú 100 a.C.  a 700 d.C. Dibujo de Arturo Jimenez Borja

Lo que verdaderamente me satisface mostrar en este blog son sus dibujos y descripciones, en los que reproduce, a partir sobre todo de las cerámicas, la memoria simbólica y cotidiana de una cultura desaparecida, y sus textos que la reviven.

 

Las pictografías mochicas

Imagen del Rio. Cultura Mochica.Perú 200 a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Imagen del Rio. Cultura Mochica.Perú 100 a.C. a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

En la margen sur del río, se anida la villa de Moche. Está rodeada de una alegre campiña, lindamente parcelada por tapiales que recortan en cuadros el verde intenso del valle. El río nace en la cordillera, y desde allí baja cantando hasta morir en el mar. A su paso se abren los cerros y las quebradas se derraman en dones; al llegar al llano, el valle se hace amplio, el río se remansa y de él parten muchas acequias y riachuelos  que extienden hasta muy lejos, ganando tierra al despoblado, la gracia campesina del valle

Imagen de aves marinas. Cultura Mochica.Perú 200 a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Imagen de aves marinas. Cultura Mochica.Perú 100 a.C.  a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Próximo al mar el valle se detiene, la arena de la playa incursiona tierra adentro y la hace impropia para el cultivo. La grama salada se encarama sobre las dunas de arena, que ondulando se aproximan al mar. Sobre la playa amplia y dorada chillan las pardelas

Vaso con totoral, peces y aguila marina. Cultura Mochica. Fondo Buckingham. Chicago Art Institute

Vaso con totoral, peces, águila marina y tres figuras de sapo. Cultura Mochica. Fondo Buckingham. Chicago Art Institute

Imagen de totorales. Cultura Mochica.Perú 200 a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Imagen de totorales. Cultura Mochica.Perú 100 a.C. a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

El totoral, alarde último de la vega, se halla situado en la linde del valles; más allá comienzan a ondular los arenales. El agua que filtra del río discurre secreta bajo la campiña y aflora en las tierras bajas junto al mar, formando charcas y quietas lagunas. Las plantas acuáticas cubren en gran parte la superficie del charco. La “Pistia stratioes” abre sus rosetas verdes y extiende un suave velamen sobre las riberas cenagosas. En las márgenes de la laguna el viento mece las totoras. Los tallos verdes emergen del agua y sacuden en el ápice sus flores menuditas. Hay varias clases de totoras. La enea o “Typha domingensis” es esbelta, sus hojas son lanceoladas y en la punta del tallo florece una espiga morena. La corta-corta o “Gladium mariscus” tiene hojas ásperas y filudas y las flores se mecen en menudas borlas desde la mitad del tallo. La totora o “Scirpus riparus” es la más bella de todas, flexible y armoniosa; la base del tallo es ancha, después se adelgaza y en la punta baila un fleco de flores

Fauna de los totorales. Cultura Mochica. Perú 200 a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Fauna de los totorales. Cultura Mochica. Perú 100 a.C. a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Los mocheros son fuertes indios costeños que pueblan este paisaje y se derraman a lo largo del valle. Unos viven en la campiña: se llaman los campiñeros. Otros junto al mar: son los pescadores. Al centro los reúne la villa de Moche.

En los hogares queda aún mucho de la primitiva estirpe india. Oyense apellidos como Ucañan, Huamanchumo, Pimincuma, Sachum y Chinchayan.

 

Vaso en forma de navegante sobre caballito de totora. Cultura Mochica. Lima Museo del Banco Central de Reserva

Vaso en forma de navegante sobre caballito de totora. Cultura Mochica. Lima.  Museo del Banco Central de la Reserva

Imagen de barca de totora. Cultura Mochica. Perú 200 a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Imagen de barca de totora. Cultura Mochica. Perú 100 a.C.  a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Los pescadores sacan el cal-cal, red redonda a modo de saco, repleta de pescado y con ella se dirigen hacia tierra. Los niños sostienen el caballito por la proa, y el agua los salpica y mueve la ligera nave como si fuera un bruto que luchase por desasirse.

Como hace cientos de años los indios de Huanchaco reviven diariamente la leyenda. Al atardecer después de terminada la pesca, enrumban las airosas proas hacia tierra y van llegando en filas hasta varar suavemente.

En la barca de juncos de la costa norte del Perú hacia los años 30. Foto Arturo Jiménez Borja.

En la barca de juncos de la costa norte del Perú hacia los años 30. Foto Arturo Jiménez Borja.

Al llegar a la playa los niños corren a dar encuentro a los caballitos y a recibir la canaleta o remo, la chuna, que es el calabacito que sirve de flotador, los cordeles de pesca, y la trinca o piedra de fondeo

Imagen de redes de pesca. Cultura Mochica.Perú 200 a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Imagen de redes de pesca. Cultura Mochica. Perú 100 a.C.  a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Bajo los cielos costeños vuelan en largas filas multitud de aves marinas. Mas nada gana en belleza el vuelo ágil y seguro de las águilas del litoral. Quizá por eso, ellas fueron comentadas por los ceramistas en tan repetido elogio sobre la arcilla.

Imagen ave marina. Cultura Mochica.Perú 200 a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Imagen ave marina. Cultura Mochica. Perú 100 a.C.  a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

A las imágenes del río se añaden las de la fauna piscícola

Imagen de pez en la red. Cultura Mochica.Perú 200 a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Imagen de pez en la red. Cultura Mochica. Perú 100 a.C.  a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Vaso retrato con tocado de motivo piscicola. Cultura Mochica. Museo Real de Arte e Historia de Bruselas

Vaso retrato con tocado de motivo piscicola. Cultura Mochica. Museo Real de Arte e Historia de Bruselas

Imagen de camarones. Cultura Mochica.Perú 200 a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Imagen de camarones. Cultura Mochica. Perú 100 a.C. a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Por desgracia, no todo eran tradiciones idílicas y reflejo de la naturaleza. Ya lo hemos atisbado en las imágenes de prisioneros, de las cuales la cultura mochica, como muchas otras civilizaciones, ha dejado abundantes testimonios que traslucen la violencia del poder y las guerras tribales.

Escena de guerra con hondero. Cultura Mochica. Perú 200 a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

Escena de guerra con hondero. Cultura Mochica. Perú 200 a 700 d.C. Dibujo Arturo Jiménez Borja

En la cerámica se modeló y se pintó con abundancia de detalles a los guerreros, con sus peculiares escudos y sus armas

Guerrero. Cultura Mochica. Museo Etnológico de Leiden

Guerrero. Cultura Mochica. Museo Etnológico de Leiden

Colofón

Visto lo visto, no sé qué pensarán nuestros modernos diseñadores gráficos y quienes se exprimen el cerebro para idear logos e iconos corporativos preñados de sentido y densos de mensaje, que puedan además ser reproducidos con nitidez e impacto visual sobre cualquier tipo de soportes.

Mi modesta opinión es que esas habilidades creativas ya las dominaban los artistas mochicas hace siglos.



Elogio de la nimiedad (III): de flores y de estética

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Elogio de la proporción. En la costa del Big Sur. California. Foto R.Puig

Elogio de la proporción. En la costa del Big Sur. California. Foto R.Puig

Hace ya casi un año comentaba yo en estas páginas que el término latino nimius (que significa excesivo) acabó significando lo contrario, es decir insignificante, sin importancia.

Así pues, como esta primavera me marea con sus amagos y ya no sé si hablar de la lluvia, el frío, el sol o los peces de colores, he decidido de nuevo ampararme en la relevancia de las cosas nimias para cumplir con mi precepto dominical.

Además, el pasado fin de semana, el mal tiempo nos impidió el picnic que teníamos planeado, con lo cual nos consolamos paseando entre plantas y árboles de otros climas bajo las bóvedas acristaladas de la Palmhuset  en el parque de la Trädgårdsföreningen (Sociedad del Jardín), uno de los más hermosos de Gotemburgo.

El fósil en el mármol. Palmhuset.  Gotemburgo. Foto R.Puig

El fósil en el mármol. Palmhuset. Gotemburgo. Foto R.Puig

Alguien, con toda razón, podría a estas alturas haberse dado cuenta de que, en realidad, estoy atacado de pereza.  Para confirmarlo, no se me ha ocurrido otra cosa que remedar a Gustavo Adolfo Becquer, pues, al salir de esos magníficos invernaderos vi, erguida en su modesto tiesto a la salida de la Palmhuset, una flor, una sola y nimia flor.

Camelia. Palmhuset. Gotemburgo. Foto R.Puig

Camelia. Palmhuset. Gotemburgo. Foto R.Puig

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Virtualmente impune, al abrigo de los huevos que los lectores del blog no pueden lanzarme, he perpetrado  la siguiente estrofa:

De la pérgola en un ángulo modesto,

Del jardinero tal vez olvidada,

Solitaria y celando su fuego,

La camelia soñaba.

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Para hacerme perdonar

Como quiero compensar el dislate de mis versos mediocres, nada mejor que algo de filosofía…

Hay una definición de la belleza en el ensayo clásico de Edmund Burke (1729-1797) acerca de lo bello y lo sublime que parecen escritas ex profeso para mi recatada camelia solitaria.

Así que he pensado que nadie mejor que el pensador irlandés para acudir en mi auxilio.

Burke afirmaba –en contraposición a la búsqueda de las proporciones ideales de la estética griega y renacentista- que la belleza no es un asunto del entendimiento, sino del sentimiento, del cual solamente, según él, surgen nuestros juicios del gusto. No se trata pues de definir la belleza en función de la proporción o de la adecuación (o conveniencia) de lo que estimamos bello, pues eso presupone una operación intelectual, sino en función de la “sensibilidad natural” que nos habita y genera una reacción de amor ante el objeto de nuestro aprecio sensible.

En conjunto, las cualidades de la belleza, como son cualidades meramente sensibles, son las siguientes: primero, ser comparativamente pequeño. Segundo, ser liso. Tercero, presentar una variedad en la dirección de las partes; pero, cuatro, no tener esas partes angulares, sino entrelazadas, por así decir unas contra otras. Quinto, tener un perfil delicado, sin ninguna apariencia destacable de fuerza. Sexto, ser de colores claros y brillantes, pero no muy fuertes y resplandecientes. Séptimo, o de ser su color resplandeciente, que se halle diversificado con otros.  Estas son, creo, las propiedades de las que depende la belleza; propiedades que actúan por naturaleza, y que se hallan menos expuestas a ser alteradas por capricho, o confundidas por una diversidad de gustos, que ninguna otra

(III, XVIIII, pp. 152-153)

La camelia solitaria.   Foto R.Puig

La camelia solitaria de la pérgola de entrada a la Palmhuset de Gotemburgo.  Foto R.Puig

Otra camelia. Palmhuset. Gotemburgo. Foto R.Puig

Otra camelia en la sala de las camelias. Palmhuset. Gotemburgo. Foto R.Puig

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La gracia de las formas

En el Jardín Botánico, también en Gotemburgo, me tropecé de nuevo con Burke, pero esta vez con su idea de gracia, que él explica con dos ejemplos de la escultura griega (la Venus Medici) y romana (las efigies de Antinoo), y en nuestro parque se personifica en cierta manera también en una estatua

Saliendo del invierno. Jardín botánico. Gotemburgo.Foto R.Puig

Saliendo del invierno. Jardín botánico. Gotemburgo.Foto R.Puig

…tener gracia significa que exteriormente no hay rasgos de dificultad; se requiere una inflexión pequeña del cuerpo; y tal compostura de las partes como para no estorbarse unas a otras, ni para parecer divididas por ángulos cortantes y súbitos. Toda la magia de la gracia, y lo que llamamos su yo no sé qué, consiste en esta tranquilidad, redondez y delicadeza de actitud y movimiento…

(III, XXII, p.155)

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De la belleza animal

Un dandy aguarda el desayuno. Foto R.Puig

Un dandy aguarda el desayuno. Nordens Ark. Foto R.Puig

Siguiendo con el ensayo de Burke, rescato algunas fotos de mi visita, en un frío final de invierno de hace algunos años, al parque Nordens Ark donde se protegen especies en peligro de extinción, como el tigre de Amur.

Dejo de nuevo la glosa al filósofo:

Que la proporción tiene escasa participación en la formación de la belleza, es totalmente evidente entre animales…

…entre sus cabezas y sus cuellos, entre aquellas y el cuerpo… (las proporciones) difieren en cada especie, aunque hay algunos ejemplares que destacan dentro de muchas especies, y poseen una belleza sorprendente. Ahora bien, si admitimos que formas y disposiciones diferentes e incluso opuestas son compatibles con la belleza, creo que estamos obligados a aceptar que determinadas medidas no la producen necesariamente, pese a operar según un principio natural; al menos hasta donde concierne a la especie animal

(III, III, pp. 126 y 127)

Fuente: Edmund Burke, De lo sublime y de lo bello. Alianza Editorial 2005, Estudio previo y traducción de Menene Gras Balaguer

La obra fue publicado en 1757, con el título original de A Philosophical Enquiry into the Origin of our Ideas of the Sublime and Beautiful, aunque su autor la había escrito, diez años antes, a los dieciocho años, poco antes de graduarse en el Trinity College de Dublin donde todavía estudiante había creado en 1747 la sociedad de debates Edmund Burke’s Club, considerada la más antigua sociedad estudiantil del mundo. En 1770 devino la College Historical Societydonde aún se conservan las actas de las reuniones del club fundado por el joven Edmund Burke

Copo de nieve.  Foto R.Puig

Copo de nieve. Nordens Ark. Foto R.Puig

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Epílogo

Podríamos seguir comentando las ideas de nuestro teórico de la belleza y de lo sublime. Pero será mejor que dejemos la idea de lo sublime para otro día.

Aunque no sin antes, aprovechando que llega el tiempo de hacerse a la mar, dejar el tema, colgado para otra ocasión,

con una pregunta

Es o no sublime Foto R.Puig

¿Es o no sublime? Foto R.Puig


Trashumancias 2015 (VIII). Las figuras de la iglesia de la Trinidad en Falaise (Calvados)

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Iglesia de Falaise. Foto R.Puig

Iglesia de la Santa Trinidad de Falaise. Foto R.Puig

Nos referíamos en la crónica anterior a Falaise, la ciudad donde en 1027 nació Guillermo el Conquistador, apodado también como “el bastardo”, quien no obstante llegó a ser no sólo Duque de Normandía, sino también Rey de Inglaterra.

La iglesia de la Trinidad, cuya construcción es del siglo XIII, en los comienzos del gótico, que experimentó importantes reformas en los siglos XV y XVI, es particularmente interesante por las esculturas de diversos personajes en la fachada lateral derecha.

Y por sus expresivas y aterradoras gárgolas que se ciernen sobre nuestras cabezas cuando la rodeamos.

Iglesia de Falaise. Foto R.Puig

Gárgola de la iglesia de Falaise. Foto R.Puig

A cual más amenazadora…

Iglesia de Falaise. Gargola. Foto R.Puig

Gárgola de la iglesia de Falaise. Foto R.Puig

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Gentes corrientes de unos tiempos idos…

Entre las figuras, características de un saber hacer realista no carente de humor popular, hay una mujer embarazada que, a pesar de su estado, ciñe espada, mientras parece estar tocando un laúd. La disposición de sus piernas, como si necesitase afirmarse contra las paredes para no caerse, hace además pensar en que su avanzada gestación anuncia un inminente alumbramiento.

Iglesia de Falaise. Figura de embarazada en la fachada lateral. Foto R.Puig

Iglesia de Falaise. Figura de embarazada en la fachada lateral. Foto R.Puig

La otra figura de mujer guerrera, en actitud de combate, con alfanje y rodela, y los cabellos al viento, aunque sin una razón para desvelar sus órganos sexuales, parece haber sido tallada por un lúbrico escultor para mostrarlos.

Iglesia de Falaise. Figura de la fachada lateral. Foto R.Puig

Iglesia de Falaise. Figura de mujer guerrera de la fachada lateral. Foto R.Puig

Además, a esta segunda parece como si le hubiesen golpeado y borrado el rostro adrede. Ambas mujeres tienen unas características y una forma de integrarse en la arquitectura de la fachada que quizás se deban a que fueron esculpidas por el mismo artista.

Iglesia de Falaise. Figura de guerrero caído de la fachada lateral. Foto R.Puig

Iglesia de Falaise. Figura de combatiente de la fachada lateral. Foto R.Puig

Pienso que algo parecido puede decirse de la disposición del guerrero que se revuelve para protegerse, por un lado con el escudo que sujeta con su brazo derecho, mientras que con el otro trata de alzar la maza para parar el ataque que, medio tendido como está, acabará probablemente con su vida.

No se puede considerar tan dramática la situación, aunque molesta, de nuestros siguientes personajes. El primero, que se sujeta las tripas con su mano izquierda, está claramente vomitando.

Iglesia de Falaise. Figura de hombre vomitando. Foto R.Puig

Iglesia de Falaise. Figura de hombre vomitando. Foto R.Puig

El otro tiene las manos en posición de hacer fuerza con todo su cuerpo. ¿Adivinan para qué?

Iglesia de Falaise. Figura de la fachada. Foto R.Puig

Iglesia de Falaise. Figura de la fachada. Foto R.Puig

Para mí que se trata de una imagen escatológica, pero no en el sentido del Apocalipsis y el fin de los tiempos. Su rostro tiene el rictus de alguien que se esfuerza por finalizar una tarea más prosaica. ¡De todo hay en las iglesias medievales!

Volviendo a las escenas de guerra, a quien tenemos aquí es a un prisionero que espera asustado la decisión que sobre su suerte tomen los captores

Iglesia de Falaise. Figura de prisionero. Foto R.Puig

Iglesia de Falaise. Figura de prisionero. Foto R.Puig

Y no sería extraño que esta plañidera descalza, que trata de protegerse del frío y que vuelve sus ojos llorosos hacia lo alto, esté invocando inútilmente una incierta piedad de los violentos

Iglesia de Falaise. Figura de mujer doliente. Foto R.Puig

Iglesia de Falaise. Figura de mujer doliente. Foto R.Puig

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…y los protagonistas de un suceso histórico

Dentro de la tradición de la ley del talión que imperó por muchos siglos en las sociedades de tradición bíblica, está documentado, particularmente en el Medioevo y hasta los umbrales del siglo XVII en Europa, que a los animales no humanos que eran acusados de actos criminales se les juzgaba según códigos humanos y, si eran sentenciados, sufrían penas equivalentes. Predominaban los casos de mamíferos de raza porcina (que habían devorado a un niño), así como algunos de ganado vacuno e incluso de alguna que otra cabra.

Normandía no fue la excepción y a través de los archivos, en particular de aquellos en que se recogen los emolumentos de los carceleros y verdugos de varias ciudades normandas, se han comprobado historias que no tienen nada de leyendas, pues ocurrieron realmente, en particular seis casos documentados de “ejecuciones curiosas en Normandía en la Edad Media” por Léon Braquehais, en un artículo de 1892 en la Normandie littéraire, donde cita la Histoire de la Ville de Falaise (p.83) de Fréderic Galeron.

El texto habla al parecer de la misma marrana que vemos en la fachada de la Santa Trinidad de Falaise en el momento de echarse encima de un ser humano, que no se ve con claridad si es mujer o bebé. Si fuese el niño de la historia judicial (como nos aseguran en la Oficina de Turismo) la crónica del suceso permitiría datar la escultura como muy temprano a finales del siglo XIV. Si fuese una mujer la víctima, estaríamos ante un criminal porcino, aunque su delito podría ser de muy distinta índole

glesia de Falaise. Figura de la cerda criminal. Foto R.Puig

glesia de Falaise. Figura de la cerda criminal. Foto R.Puig

En todo caso, les traduzco y transcribo:

“En 1386, una cerda devoró al hijo de un bracero de la ciudad, de nombre Janet. El accidente llegó a conocimiento del juez, quien condenó al animal a ser castigado en público según la ley del talión. Al niño le había destrozado el rostro y un brazo y la marrana fue mutilada del mismo modo, y a continuación fue ahorcada a manos del verdugo. La ejecución se llevó a cabo en plaza pública, en presencia de toda la población; el vizconde-magistrado la presidió a caballo, una pluma en su sombrero y el puño en el costado. Para colmo del horror, al padre de la víctima se le obligó a asistir a la ejecución; según quien escribió la historia de los hechos, se le quiso castigar por no haber vigilado a su hijo. Cuando se llevó al animal al lugar del suplicio, vestía ropa de hombre, una chaqueta, calzas largas y guantes. Se le había colocado sobre la cabeza una careta que representaba un rostro humano”

Galeron añade que este suceso pareció tan notable en aquel tiempo que se conservaba su recuerdo mediante un fresco que aún se podía contemplar en 1820 en la iglesia de la Santa Trinidad de Falaise.

El abate Langevin, que también había visto esta curiosa pintura, la describe así en sus “Investigaciones históricas sobre Falaise” (Suplemento, 1826, p.12):

Este episodio singular está pintado al fresco sobre el muro occidental del ala del crucero meridional de la iglesia de la Santa Trinidad de Falaise. El niño en cuestión y su hermano están representados sobre el muro, cerca de la escalera del campanario, acostados juntos en una cuna. A continuación, hacia la mitad del muro, están pintados el cadalso, la cerda vestida en forma humana, a la que el verdugo cuelga de la horca en presencia del vizconde a caballo, una pluma en el sombrero y el puño en el costado, observando la ejecución

Después de 1820, la iglesia de la Santa Trinidad ha sido restaurada varias veces y está pintura actualmente ha desaparecido, como lo hemos constatado recientemente en visita a este interesante edificio, clasificado entre los monumentos históricos de Calvados.

Léon Braquehais añade que hasta tres autores se hacen eco de esta historia en el siglo XVIII, pero la sitúan erróneamente en 1396. Lo prueba el recibo del verdugo encontrado por un anticuario de Normandia, al que cita, quien transcribe así este documento:

“El día IXº de enero del año mil CCCIIIIXX y seis… se presentó maestro Nicole Morier verdugo de Falaise que reconoció y confesó haber recibido del hombre sabio y provisor Regnault Rigaut vizconde de Falaise por mano de Colin Gillain su lugarteniente general la suma de diez cuartos y diez denarios tourneses en concepto de pan y salario por haber llevado y después ahorcado ante la justicia falesina una cerda de más o menos tres años de edad propiedad de un tal Souvet el Albañil de la parroquia de Laferté Macy que había comido el rostro del niño de dicho Albañil (que estaba en la cuna y tenía como tres meses de edad) de modo que el dicho niño murió a causa de ello, son diez cuartos tourneses más diez denarios por unos guantes nuevos con los que realizó la ejecución, por la cual suma de diez cuartos y diez denarios tourneses el verdugo precitado se considera bien pagado

Firmado: Girot de M.”

Concluye diciendo que varios casos de esta práctica judicial están bien documentados en la Normandía medieval.

Los grabados que reproduzco a continuación son de un libro que, gracias a la bibliografía sobre el tema que me ha completado mi hija María, ustedes podrán leer directamente en su versión completa dentro del proyecto Gutenberg:

E.P.Evans. The criminal prosecution and capital punishment of animals. London, William Heinemann 1906

El primer grabado está claramente inspirado en el caso de Falaise. Aparece el vizconde-magistrado a caballo con su sombrero de plumas y el puño apoyado en la cadera

Execution of a sow. Evans

Execution of a sow. Evans 1906

El otro amplía el abanico de los homicidios a manos (o diríamos mejor a patas) de animales asesinos, pues no sólo hay un cerdo devorando un niño, sino también una vaca corneando a un hombre y unos perros ensañándose con las ovejas.

Animales asesinos. Evans

Animales asesinos. Evans, 1906

Si la práctica medieval de enjuiciar a los animales se hubiese mantenido, en España los juzgados no habrían dado abasto este verano para juzgar a los que mataron e hirieron a no pocos temerarios en los encierros pueblerinos de la Comunidad Valenciana. Si bien, los toros homicidas podrían haber sido absueltos con el eximente de la defensa propia.

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Más

El libro de Evans es muy interesante, pues no se restringe a analizar los casos que anuncia su título, sino que los sitúa en una tradición penal, abundante, variopinta y cruel, no sólo para con los animales, sino sobre todo en el contexto de la persecución y condena de los que, en diversos momentos de la historia de la justicia, se han considerado crímenes o males nefandos, y castigado con la la ley del talión, con penas ejemplarizantes o con la ejecución de los perpetradores.

Tan es así, que algunos de los casos citados en el libro afectan a la imagen de santidad bondadosa de quienes como, en el caso de San Carlos Borromeo, se complacían en la tortura y muerte de quienes caían bajo su poder inquisitorial:

Thus Cardinal Carlo Borromeo, who was pre-eminent among his contemporaries for the purity of his life and the benevolence of his character, did not hesitate to condemn Fra Tommaso di Mileto, a Franciscan monk, to be walled up alive, because he entertained heretical notions concerning the sinfulness of eating meat on Friday, and expressed doubts touching the worship of images, indulgences, the supreme and infallible authority of the pope, and the real presence in the eucharist. This cruel sentence, a striking illustration of the words of Lucretius,

“Tantum religio potuit suadere malorum,”

was pronounced December 16, 1564, as follows: “I condemn you to be walled up in a place enclosed by four walls, where, with anguish of heart and abundance of tears, you shall bewail your sins and grievous offences committed against the majesty of God, and the holy mother Church and the religion of St. Francis, the founder of your order”.

A bishop, who should impose such a punishment now-a-days, would be very properly declared insane and divested of his office.

Traduzco:

Por ejemplo, el Cardenal Carlos Borromeo, que destacó entre sus contemporáneos por la puridad de su vida y la benevolencia de su carácter, no dudó en condenar a Fray Tommaso di Mileto, un fraile franciscano, a ser emparedado vivo, porque había mantenido nociones heréticas relativas a lo pecaminoso de comer carne los viernes y expresado dudas sobre el culto a las imágenes, las indulgencias, la suprema e infalible autoridad del papa y la presencia real en la Eucaristía. La cruel sentencia, una patente ilustración de las palabras de Lucrecio,

“¡A cuánta maldad pudo inducir la religión!”,

Fue pronunciada el 16 de diciembre de 1564, del modo siguiente. “Yo te condeno a ser emparedado en sitio cerrado por cuatro muros, donde, con angustia de tu corazón y abundancia de lágrimas, lamentes tus pecados y graves ofensas cometidos contra la majestad de Dios, su santa madre la Iglesia y la religión de San Francisco, el fundador de tu orden”.

Un obispo que en nuestros días impusiese tal castigo, sería con mucha razón declarado loco y privado de su cargo

(Evans, op.cit. pp.208-209 y cita de De rerum natura, 1, 101).

San Carlos Borromeo. Santuario de los Milagros. Orense

San Carlos Borromeo. Fuente: Santuario de Nuestra Señora de los Milagros. Orense

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El libro trae otros ejemplos de códigos y prácticas crueles y despóticas, como las que imponía “el código radical de Pachacutec, el Justiniano de los peruanos antiguos, que castigaba el adulterio con la mujer del Inca con la muerte no sólo de ambos adúlteros, sino también de sus hijos, parientes y esclavos, a más de los habitantes de la ciudad en la que se hubiera cometido, que además debía ser arrasada y cubierta de piedras”.

El Inca Pachacutec. Fuente Monografías.com

Recreación del el Inca Pachacutec según Monografías.com

Supuesto lo cual, Evans no refiere ningún caso de adulterio con la mujer del Inca. Pudo ser porque el código de Pachacutec disuadiera eficazmente a los súbditos del Imperio o porque ningún implicado sobreviviese para contarlo.

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Consejo final

Para quienes aspiren a un sobresaliente o quieran empezar una tesis doctoral al respecto, alguna otra referencia de las que mi hija a bote pronto me ha enviado:

Erica Fudge. Perceiving Animals.Humans and Beasts in Early Modern English Culture, University of Illinois, 2002.

Reseña crítica del libro de Fudge por Barry Reay, professor of history at the University of Auckland and author of Popular Cultures in England, 1550-1750.

Así como un estudio cuya aparición inminente se anuncia sobre The Criminal Trial of Animals: A Case Study in Shame and Necessity

Y desde luego, si tienen ocasión, no dejen de darse una vuelta por Calvados y en particular por la ciudad de Falaise. Pero si viajan con bebés no permitan que algún ejemplar de raza porcina se acerque a la cuna. En Normandía pueden ocurrir historias truculentas.

Iglesia de Falaise. Nave lateral. Foto R.Puig

Iglesia de Falaise. Nave lateral. Foto R.Puig


Folclórico, gastronómico, bucólico… (atributos de un fin de semana)

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Gustavo Adolfo reclama su naranja. Foto R.Puig

Gustavo Adolfo reclama su naranja. Foto R.Puig

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Folclórico…

Nunca hubiera imaginado que el sombrero tradicional de los labriegos alicantinos iba a competir un día con el del rey espadachín fundador de Gotemburgo.

Pero así ocurrió en la plaza del Ayuntamiento, por obra y gracia de la Oficina de Turismo de Alicante y de la Embajada de España, con la entusiasta colaboración de la nueva Cónsul honoraria de España en esta ciudad.

Ninots alicantinos en la plaza del ayuntamiento. Gotemburgo. Foto R.Puig

Ninots alicantinos en la plaza del ayuntamiento. Gotemburgo. Foto R.Puig

El fin de semana comenzó el sábado 16 con ímpetu folclórico, con pasacalles, músicos y mozas alicantinos, todos ataviados como se estila en las Fogueres y marchando desde la la Plaza de la Ópera a la Gustaf Adolf Torget a los acordes tradicionales de las fiestas de Alicante. Unos ninots anunciaban la fiesta mayor del solsticio de verano, queriendo simbolizar los atractivos de la millor terra del mon, como ya la llamaba mi abuela.

Aunque, si hemos de hablar de atractivos, diremos que Alicante los tiene para todos los gustos…

Asustando a los turistas. Foto R.Puig

Asustando a los turistas. Foto R.Puig

Al parecer, Gotemburgo es la segunda ciudad de Suecia que más volumen de negocio genera en la Costa Blanca, tanto en términos de visitantes como de compradores de real state. Así que la caravana de marketing se paseó por terreno abonado o, dicho de otro modo, predicaba a creyentes. Parece que a esta labradora tan encopetada, que luce el sol por insignia, de ello no le cabe la menor duda

Vengan a tomar el sol que yo les guío. Foto R.Puig.

Vengan a tomar el sol que yo les guío. Foto R.Puig.

Pero, como lo recomiendan los jesuitas siguiendo a su Fundador que como vasco sabía de estas cosas, para conseguir acuerdos, sea cual sea la empresa, conviene hablar de ellos después de comer.

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Gastronómico…

Así que no podía faltar, cocinado en una gigantesca paella, un arroz alicantino del que pudimos disfrutar cientos de asistentes. Los platos fueron generosos, cuajados de gambas, cigalas y mejillones, frutos del mercado pesquero de Gotemburgo, el mejor de Suecia.

Arroz alicantino en Gotemburgo. Foto R.Puig

Arroz alicantino en Gotemburgo. Foto R.Puig

El experimentado chef no sólo dirigía la delicada operación culinaria, sobre un fuego de leña como Dios manda, sino que también administraba la distribución de las raciones.

Repartiendo sabores alicantinos. Foto R.Puig

Repartiendo sabores alicantinos. Foto R.Puig

Puedo asegurar que del arroz, muy sabroso y en su punto, no quedó ni un grano. Y si no me creen, vean con que alegría se lo comían estas labradoras, que, después del pasacalles y antes de acometer el resto del largo programa, necesitaban reponer fuerzas y entrar en calor, pues la temperatura marcaba la mitad de grados de la que ese día tenían en Alicante.

Repartiendo sabores alicantinos. Foto R.Puig

Repartiendo sabores alicantinos. Foto R.Puig

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Bucólico…

El domingo, para bajar la paella, nos fuimos a caminar en familia por el bosque de hayas de Åkulla, en la región de Halland, una reserva natural de 5.200 hectáreas entreverada de veinte lagos, al este de Varberg.

En los bosques de Åkulla. El Skärsjön. Halland. Foto R.Puig

En los bosques de Åkulla. El Skärsjön. Halland. Foto R.Puig

Fue un corto paseo de apenas dos horas hasta las orillas de uno de sus lagos, el Skärsjön, rodeado de un lecho espeso y mullido de hojas caídas en el otoño.

La pista está en algunas zonas marcada profundamente por el tractor forestal que realiza las labores de transporte de los troncos que periódicamente se talan para el mantenimiento del hayal y que suministran una excelente madera.

La huella. Åkulla. Halland. Foto R.Puig

La huella. Åkulla. Halland. Foto R.Puig

No sé como lo llamará el tractorista, pero el apodo que a mí se me ocurre es “la bestia”

La bestia del bosque. Åkulla. Halland. Foto R.Puig

La bestia del bosque. Åkulla. Halland. Foto R.Puig

Las veredas rezuman agua y el humus de sus bordes está cubierto de musgos de un verde vivo y salteado de aguas remansadas.

Humus. Åkulla. Halland. Foto R.Puig

Humus. Åkulla. Halland. Foto R.Puig

Los umbrales de los bosques de hayas están poblados de coníferas.

Apunta la primavera. Akulla. Halland. Foto R.Puig

Anuncios de primavera. Åkulla. Halland. Foto R.Puig

Los primeros brotes de la primavera en los arbolillos más jóvenes pueblan ramas delicadas formando una cortina que a medida que la atraviesas vira del amarillo al ocre verdoso.

Despunta la primavera. Åkulla. Halland. Foto R.Puig

Despunta la primavera. Åkulla. Halland. Foto R.Puig

Nuestro paseo se había iniciado en la Fårfarm (literalmente una granja de ovejas) de Öströö, dotada de enormes instalaciones para la cría de ganado ovino.

Ovejas y corderitos. Åkulla. Halland. Foto R.Puig

Ovejas y corderitos. Åkulla. Halland. Foto R.Puig

Por el momento, en el enorme pabellón de ovejas gestantes, estas y las crías están a cubierto. Cuando se acerque el verano, la cabaña pastará en los prados hasta el mes de octubre. No los hemos contado, pero nos dijeron que, sólo en esa dependencia, maternidad y guardería a un tiempo, había casi doscientos ovinos.

Ovejas y corderitos. Åkulla. Halland. Foto R.Puig

Ovejas y corderitos. Åkulla. Halland. Foto R.Puig

Espacio y luz no faltan y pienso para saciarse, eso sí, todas a una

Todas a una. Åkulla. Halland. Foto R.Puig

Todas a una. Åkulla. Halland. Foto R.Puig

Los bebés se lo toman con calma después de cada mamada

Todas a una. Åkulla. Halland. Foto R.Puig

Compañeros de guardería. Åkulla. Halland. Foto R.Puig

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Si alguien tuviese problemas para conciliar el sueño, le bastaría con abrir esta crónica y ponerse a contar

Más ovejas con sus corderitos. Åkulla.  Halland. Foto R.Puig

Más ovejas con sus corderitos. Åkulla. Halland. Foto R.Puig

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Por mi parte, omito el final de la visita. No quiero aguar estas imágenes bucólicas con los otros aspectos de esta explotación modelo, los que tienen que ver con la talabartería y con la olla. Hemos empezado esta crónica por la gastronomía, pero no es preciso acabarla con lo mismo.

Mejor acordarse de Virgilio que exhorta a un amigo poeta a no avergonzarse de sus menesteres de pastor, ya que también el hermoso Adonis lleva las ovejas a abrevar al río

Nec te paeniteat pecoris, divine poeta: / Et formosus oves ad flumina pavit Adonis

Bucólicas, X.17-18

Bééééééé…

Buen apetito. Åkulla.  Halland. Foto R.Puig

Buen apetito. Åkulla. Halland. Foto R.Puig

 

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Nota bene

Alicante y la Costa Blanca tienen infinidad de experiencias que ofrecer, también para quienes aman la calma y la naturaleza, los paseos por valles y montañas o frente al mar y detenerse a comer bueno y barato en un pequeño restaurante de pueblo, bañarse en el mar en invierno o descubrir su milenaria historia en los vestigios que dejaron sus antiguos pobladores. Todo eso y mucho más para quienes no optan por el bullicio y el ruido, sino por la tranquilidad, el reposo, el silencio y, last but not least,  el trato amable de su gente.

Para quienes estén habituados al ruido, a las noches blancas, al estruendo de los petardos, y al exceso de decibelios de las fiestas y conciertos públicos o privados, multitudinarias o sólo para tu calle, las Hogueras de San Juan, se celebran como siempre, del 20 al 24 de junio. De todos modos, hay que saber prepararse a las mascletàs, que suelen definirse como composiciones pirotécnicas ruidosas y rítmicas, es decir una especie de bombazos encadenados, típicos de nuestra cultura levantina, y estar prevenidos cuando los niños, acompañados o no de sus papás protectores, te tiran un petardo a los pies cuando más desprevenido estás. En mi familia hubo quien adquirió para toda la vida lo que los otorrinolaringólogos llaman tinnitus o acúfenos (es decir un silbido recurrente en el oído), debido a una de esas detonaciones festivas  que le sorprendió a poca distancia. Y eso que era alicantina y sabía de qué iba el acontecimiento.

Los supermercados de bricolaje o las buenas ferreterías venden esos cascos que se ponen sobre las orejas los operarios de obras públicas cuando le dan a la taladradora para levantar los adoquines (seguridad e higiene en el trabajo lo llaman). Si deciden aventurarse por las calles en plenas fogueres, uno de esos artilugios es lo más adecuado, aunque no sea lo más vistoso.


Parada y fonda en el Pays d’Auge

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Manzanas de Le Mesnil. Foto R.Puig

Manzanas de Le Mesnil. Foto R.Puig

Para Jaime y Pascale

En junio habíamos hablado aquí de cómo se hace una sidra artesanal normanda. Pues bien, el cuatro de setiembre mis amigos de Le Mesnil me acogieron en su demora del siglo XV y pude comprobar personalmente que la sidra del año ha resultado excelente, de discreta dulzura y moderada gradación de alcohol como habían previsto.

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La sidra del año. Foto R.Puig

Quinientas botellas que han nacido de los pomares que rodean Le Mesnil. Expliquemos que esta expresión significa “dominio rural” y que procede de la langue d’oïl, una rama de las lenguas galorromanas que ha dejado sus huellas en topónimos de Normandía.

Los pomares de Le Mesnil.  Foto R.Puig

Los pomares de Le Mesnil. Foto R.Puig

La última vez que pude visitarles fue en el verano del 2013 y ya entonces partimos con unas cuantas botellas de sidra en la furgoneta. Este año, cuando llegué a las costas valencianas, pude comprobar que esta excelente sidra acompaña muy bien al arroz en paella.

Sidra de Jaime y Pascale con paella de Ramón. Foto R.Puig

Sidra de Jaime y Pascale con arroz en paella de Ramón. Foto R.Puig

Pero no anticipemos acontecimientos, pues todavía me quedan más de 1500 kilómetros de ruta. Así que hablemos de las novedades en Le Mesnil.

La mansión normanda sigue cumpliendo siglos esperando que resucite algún Brueghel para pintarla

Paz campestre del siglo XV. Foto R.Puig

Paz campestre del siglo XV. Foto R.Puig

Las ventanas se ornan ahora con encajes de bolillos en los que no había reparado antes.

Artesanía de las ventanas. Foto R.Puig

Artesanía en las ventanas. Foto R.Puig

La cuvée de sidra 2016 pacienta en sus botellas

La sidra del año. Foto R.Puig

La sidra del año. Foto R.Puig

Hay una nueva huésped, escapada de no se sabe dónde, que se ha encariñado con el lugar. Sin osar entrar en la casa habita en las dependencias anexas y agradece lo que le sirven…

Petite sauvage normande. Foto R.Puig

Petite sauvage normande. Foto R.Puig

Al parecer, el entorno le suministra también no pocos ratones campestres…

Une chausseuse en attente. Foto R.Puig

Une chausseuse en attente. Foto R.Puig

y debe de tener pareja por los alrededores, pues en la leñera ya hay cuatro nuevos gatitos

Un chaton de la petite sauvage normande. Foto R.Puig

Un chaton de la petite sauvage normande. Foto R.Puig

El estanque de las ranas sigue en su rincón de juncos.

El estanque de Le Mesnil. Foto R.Puig

Visión impresionista del estanque de Le Mesnil. Foto R.Puig

He elegido esta foto en su versión impresionista, pues recoge su aspecto más misterioso, aunque no tanto como uno de los antiguos cabañones agrícolas que mis amigos desean restaurar

La tarea por hacer. Foto R.Puig

La tarea por hacer. Foto R.Puig

Me parece que la próxima vez voy a venir con el mono, las botas y los guantes de trabajo para merecerme, un poco al menos, su maravillosa hospitalidad. y…

me informan los productores (postada del 8 de octubre) que todavía hay botellas de la cosecha del 2014, la renombrada sidra en honor de aquel paladín zamorano, Bellido Dolfos, que salvó a Zamora del cerco en 1072, mediante un audaz regicidio en la persona del usurpador que la sitiaba. Como la historia la escriben los ganadores, el Cantar del Mío Cid  le tildó para siempre de traidor…

La sidra "Bellido Dolfos". Foto J. López Krahe

La sidra “Bellido Dolfos”. Foto J. López Krahe

Con esta sidra se demuestra que los zamoranos siguen siendo audaces, pues se atreven a producir sidra en el corazón de Normandía.

Y aquí está la de la cosecha del año pasado, la que estamos ya bebiendo, pero etiquetada con su ilustre denominación ecológica y natural…

Sidra del Pays d'Auge Cosecha del 2015

Sidra Pays d’Auge Cosecha del 2015

Y, como la ruta continúa, el próximo domingo hablaremos de Fontevraud…

La Abadía de Fontevraud. Foto R.Puig

La Abadía de Fontevraud. Foto R.Puig

 


Breverías erasmianas (XXVIII): de animales y de hombres

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El alce nos observa.Foto R.Puig

El alce nos observa.Foto R.Puig

De paseo por el parque

Hace unos días estuve visitando con mis nietos el parque de Slottsskogen (“el bosque del castillo”) en Gotemburgo y observando a los animales que viven ahí. Aunque en algunos casos, somos más bien nosotros los observados.

Los alces, repantingados, nos contemplan o pasan olímpicamente de nosotros…

Pareja. Foto R.Puig

Pareja. Foto R.Puig

A los “pingüinos de Humboldt”tampoco les importamos mucho…

Esperando a Godot. Foto R.Puig

Esperando a Godot. Foto R.Puig

ellos a lo suyo, moviendo sus torpes caderas, pero siempre de etiqueta…

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o surcando las aguas como torpedos

Como pinguinos en el agua. Foto R.Puig

Como pingüinos en el agua. Foto R.Puig

Las ocas ni se dignan mirarnos

Las damas exquisitas. Foto R.Puig

Las damas exquisitas. Foto R.Puig

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En el Museo de Historia Natural de Gotemburgo

Claro que, para animales de otras latitudes, hemos de contentarnos con su presencia para siempre inmóvil en el museo, dentro del mismo parque.

El término “historia natural” creo que lo popularizó Plinio el Joven con su Naturalis Historia de entretenida lectura, en la que se mezclan datos y descripciones acertadas junto con lo que los romanos imaginaban sobre especies lejanas. Más o menos como antes había hecho Aristóteles en su Historia de los animales.  

Para siempre pensativo. Foto Dimitris Papadopoulos

Para siempre pensativo. Foto D. Papadopoulos

La visita tiene algo de mágico y melancólico. Leyendo todas las cartelas explicativas podríamos pasar horas y días. Así sabemos la procedencia del animal, la fecha en que su cuerpo fue disecado, etc.

Por un lado es algo triste, por otro es un homenaje a las especies que comparten el planeta con nosotros y una fuente inagotable de conocimientos. En general da la impresión de que los taxidermistas han buscado presentar la fisionomía amable, casi humanizada de los mamíferos.

Aquí ni frío ni calor.Foto R.Puig

Aquí ni frío ni calor.Foto R.Puig

Recuerdo alguna visita con mi padre o mi abuelo al de Madrid, en el Paseo de la Castellana. Pienso que el interés por la zoología y por los animales que suscitaban estos museos, sobre todo en aquellos años lejanos, cuando no había tantas reservas naturales como hoy y los viajes a safari parks no existían, ni teníamos programas televisivos que pudiesen sustituir el encuentro directo con la fauna del mundo, y, además,  faltaba tanto para que internet nos lo pusiese en bandeja.

Ni pincho ni corto..Foto R.Puig

Ni pincho ni corto.Foto R.Puig

Salvo en alguna película americana en technicolor, al estilo de Mogambo, en la que Clark Gable se paseaba con Grace Kelly en salakot por las sabanas africanas, no era fácil que viésemos un rinoceronte o un hipopótamo en movimiento.

Aquí duermo.Foto R.Puig

Aquí duermo.Foto R.Puig

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Otras evocaciones

Pero me van a disculpar si, al hilo de esta visita, y porque el año que viene de acabar no deja sólo añoranzas y alegrías, vuelvo a alguna analogía de los escritos de Erasmo contra la guerra…

Erasmo no aludía a un oso disecado, sino posiblemente a un espectáculo organizado en alguna celebración cortesana de aquellas que emperadores y reyes tenían el dudoso gusto de organizar, cuando escribía:

¿Quieres saber cuán feroz es la guerra, cuán horrible, cuán indigna es del hombre? ¿No has visto nunca a un león peleando con un oso? ¡Qué fauces, qué rugidos, qué jadeos, qué ferocidad, qué carnicería! Al espectador, aunque esté a salvo, se le ponen los pelos de punta.

¿Algo que objetar Foto R.Puig

¿Algo que objetar ? Foto R.Puig

Sólo los poderosos podían pagarse el espectáculo de un león vivo (el rey de Portugal organizó incluso un combate  entre un rinoceronte y un elefante) enfrentándolo con un oso

El león que rugió. Foto D. Papadopoulos

El león que rugió. Foto D. Papadopoulos

También eran ellos los que organizaban las guerras que Erasmo denunciaba cuando continuaba así:

Pero mucho más horrible, mucho más feroz es la visión de un hombre cargado de armas y venablos atacando a otro hombre. ¿Quién creería, dime, que se trata de seres humanos si la costumbre del mal no nos hubiera privado de la capacidad de asombro? Ojos que arden, palidez en los rostros, furor en la marcha, la voz es como un chirrido, el estruendo demencial, el hombre es todo hierro, las armas rechinan, las bombardas disparan sus rayos. Si los hombres se devorasen y bebiesen la sangre para alimentarse la cosa sería más amable: pero a lo que algunos han llegado es a realizar por odio lo que la costumbre o la necesidad harían más excusable. Más aún, todo esto se está volviendo más cruel gracias a las flechas envenenadas y a las infernales máquinas de hoy en día. Ya no encontramos por ninguna parte rastro de humanidad.

Erasmo de Rotterdam, Adagios del poder y de la guerra y Teoría del Adagio, Madrid, Alianza Editorial, Libro de bolsillo, 2008, Edición, traducción y presentación de Ramón Puig de la Bellacasa, pp.207-208 (del comentario al adagio “Dulce bellum inexpertis”: “La guerra atrae a quienes no la han vivido”)

Las guerras de siempre, cuyos efectos hemos seguido viendo en este año que acababa ayer

Tras los bombardeos contra civiles en Al-Mashhad district. Alepo. 26.07.2016 Fuente Syrianarchive.org

Tras los bombardeos a civiles en Al-Mashhad, Alepo. 26.07.2016. Fuente Syrianarchive.org

…aquellas desdichas que forman el séquito habitual de toda guerra, incluso de la más afortunada y justa: el pueblo empobrecido, los notables abrumados de impuestos; ¡tantos ancianos desamparados y al mismo tiempo anonadados por la muerte de sus hijos! (desgracia peor que perder la vida a manos del enemigo y con ella la capacidad de sufrir); ¡tantas ancianas privadas de sus bienes y a quienes así se aniquila con mayor crueldad que por la espada! ¡Tantas mujeres viudas, tantos niños huérfanos, tantos hogares en duelo, tanta gente próspera reducida a la miseria! En cuanto a la ruina moral ¿de qué sirve mencionarla, cuando nadie ignora que de la guerra se derivan todas las calamidades de la vida? Ella engendra el desprecio del deber, la indiferencia ante las leyes, la osadía y la prontitud para todo tipo de crímenes. De esta fuente nace una turba de bandidos, ladrones, sacrílegos, asesinos. Y, lo que es muchísimo más grave, esta pestilencia tan funesta no sabe fijarse límites, nacida en un rincón cualquiera no sólo invade como una epidemia las regiones vecinas, sino que por ánimo de lucro o a causa de un casamiento o de una alianza arrastra a las más lejanas a participar en el tumulto y en el desastre públicos. Aún más, la guerra engendra la guerra, de un amago de guerra nace una verdadera y de una insignificante surge una guerra total

Op.cit., pp.205-206

Después de un ataque químico en Aleppo.06.09.2016. Fuente Syrianarchive.org

Después de un ataque químico en Aleppo.06.09.2016. Fuente Syrianarchive.org

…entre fieras la guerra es un duelo que enfrenta a dos contendientes y dura muy poco. Aunque el combate sea muy sangriento en cuanto uno de los dos resulta herido se separan. ¿Cuándo se ha oído que como hacen los hombres a menudo cien mil bestias salvajes se despedacen mutuamente? Todavía más, aunque ciertas fieras sienten una hostilidad instintiva hacia animales de otra especie, también hay otras que a la inversa están unidas por una amistad genuina y firme. En cambio, lo que une a un hombre con otro hombre, sin importar quien sea, es una lucha perenne, sin que haya alianza alguna entre mortales que tenga suficiente consistencia.

Op. cit., p.207

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Los organizadores cambian, las víctimas son siempre las mismas…

Y ahora pasamos pagina. Dagens Nyheter. 29 dec.2016

“Y ahora pasamos pagina”. Dagens Nyheter. 29 dic.2016

…y cuando tratan de buscar un lugar seguro, cuando ejercen ese derecho al asilo que debe reconocerse a toda persona humana, la de alcanzar un sitio donde vivir una vida normal, hay quienes también se organizan voluntariamente, esta vez para cazar a los emigrantes como se cazan animales, como esta patrulla de voluntarios en la frontera de Bulgaria con Turquía

Patrulla de

“Cazadores de emigrantes”. Foto NiklasThegerström. Dagens Nyheter. 29 dic.2016

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Así escribe más adelante Erasmo

Imagina pues que un vi­sitante extraño procedente de esas ciudades lunares en las que mora Empédocles, o de uno de esos mundos que Demócrito ha intuido, llega al nuestro deseoso de conocer la vida que se lleva aquí. Y que, informado de los pormenores, se entera de que existe cierto animal, admi­rablemente compuesto de un cuerpo (característica que comparte con las bestias) y de un alma (que refleja la imagen de la mente divina), que alcanza tal grado de no­bleza que aunque exiliado en la tierra impera sin embar­go sobre todos los restantes animales, que debido a su origen celeste porfía en pos de celestiales e inmortales destinos…

Cuando contemple desde allí que los demás animales se comportan como corresponde a su especie siguiendo las leyes naturales, no apeteciendo nada que no les dicte la naturaleza, mientras que el único animal que chalanea, comercia, disputa y guerrea consigo mismo es el hombre ¿acaso no llegará a la conclusión –basándose en lo que ha oído– de que el hombre es cualquier otro animal en lu­gar del mismo hombre?

Op.cit., pp. 224-22

No obstante, a pesar de los pesares, siempre hay razones para esperar y, a comienzos de un nuevo año, vale la pena pensar en ellas.

Motivos para apostar por el género humano

Erasmo lo explicaba así:

…la naturaleza ha querido que el hombre reciba el don de la vida no tanto para sí mismo como para orientarlo hacia el amor, para que entienda bien que está destinado a la gratitud y a la amistad. Es así que no le dio un aspecto feo u horrible como a otros sino dulce, pacífico, marcado con el sello del amor y la ternura. Le dio una mirada afectuosa que refleja los movimientos del alma. Le dio unos brazos capaces de abrazar. Le dio el sentido del beso para que las almas puedan unirse al mismo tiempo que se unen los cuerpos. Sólo a él le acordó la risa, signo de alegría. Sólo a él las lágrimas, símbolo de clemencia y misericordia. ¿No le dio acaso una voz que no amenaza ni es temible, sino que, a diferencia de las fieras, es amistosa y agradable? No contenta aún con estos dones, la naturaleza reservó al hombre el uso de la palabra y de la razón, atributos que contribuyen sobre todo al establecimiento y al fomento de la benevolencia, de modo que nada entre los hombres se resuelva por la fuerza. Le inculcó el odio a la soledad, el gusto por la compañía. Plantó en lo más profundo de su ser los gérmenes de la bondad.

Op. cit., pp. 202-203

El trabajo de los cascos blancos de Siria. Fuente Euronews

El trabajo de los cascos blancos de Siria. Fuente Euronews

Cuando, batiendo records de brutalidad, hay regímenes criminales que destruyen todo aquello que pueda aliviar el dolor y consideran a los hospitales como dianas de sus bombas y al personal sanitario y a los socorristas como objetivos a abatir, hay quienes confirman, en la práctica y sin saberlo, creyentes o no, las mismas convicciones de Erasmo

Porque atender a las necesidades de todos es precisamente lo propio y característico de Dios. Pues si no, ¿qué otra cosa es ese extraordinario placer espiritual que sentimos al saber que alguien se ha salvado por causa nuestra? El mecanismo por el que un favor significativo crea un vínculo es el mismo que hace que un hombre trabe amistad con otro. De este modo Dios ha puesto al hombre en este mundo como réplica de sí mismo, para que a la manera de una divinidad terrestre vele por la salvación de todos. Hasta los animales mismos lo presienten, pues vemos que no sólo los que son inofensivos sino también las panteras y los leones, e incluso otras bestias más feroces que éstas, buscan la protección del hombre en ocasiones de gran peligro. Aquí está el asilo de todos en las situaciones extremas, aquí el altar sacrosanto de toda la creación, ésta es el áncora de salvación que a nadie falla.

Op. cit., pp 203-204

En un hospital de Sanaa. Yemen. Foto Muhammed Huwais. Dagens Nyheter. 29 dec.2016

En un hospital de Sanaa. Yemen. Foto Muhammed Huwais. Dagens Nyheter. 29 dic.2016

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En el primer día del 2017

Aquí estamos, como decía Erasmo, llamados por nuestra naturaleza humana a ser en última instancia “asilo de todos en las situaciones extremas”. En todo caso, podríamos probar a serlo, si no de todos, al menos de algunos.

A todos los que se asoman a este blog, les deseo que el nuevo año se porte bien con ellos y que -como hace unas horas me auguraba un muy buen amigo- nos traiga aquello que necesitamos, pero no lo que tememos.

Y que, en la medida de nuestras posibilidades, contribuyamos a aliviar en el 2017 a quienes el 2016 les trajo aquello que temían.


Referencias

Sobre la razón de ser, la finalidad, la imparcialidad  y los propios controles de fiabilidad del Syrianarchive se puede consultar, su mismo sitio web: https://syrianarchive.org/

Más detalles sobre el origen y los operadores de esa iniciativa en una crónica de hace tres días de la agencia de noticias DW (Deutsche Welle), en su versión en inglés, que considero objetiva e imparcial


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